A Beatriz Calderón le llamaron La Nena porque lo era cuando se embarcó con los llorados Ana María Espínola y Jesús Sánchez Jesuli, el guitarrista que mucho más tarde tendría como hijo a un genio llamado artísticamente Alejandro Sanz.

En las portadas de los eps que grabaron entre 1960 y 1962, se les puede ver rabiosamente jóvenes, acariciando en los microsurcos aquella feliz mezcla entre la copla, el flamenco y el furor yeyé que empezaba a construirse a partir del recién nacido rock and roll. Si los tres popularizaron la canción Adivínalo, escrita por su nonagenario paisano Florencio Ruiz Lara, más conocido como Flores El Gaditano, entre sus grabaciones figuran otros títulos que les hicieron célebres: Tuve que saludar, Cuando vayas, La sonrisita, Otra novia, La ciencia de faraón, Yo no sé, cariño, Este Candil o Brasil, te canto. Por no hablar de Mi cariño en tus manos, El combinao de Jerez, De qué presumes tururú o La vecinita. El repertorio, su aire de modernidad pero, al mismo tiempo, su complicidad con sus raíces les abrieron las puertas a participar en algún que otro carrusel de coplas de los que se celebraban en la antigua plaza de toros de La Perseverancia y por donde desfilaban Rafael Farina, Manolo Caracol, Juanita Reina, Marifé de Triana, Juanito Valderrama, Fosforito o una jovencísima Rocío Jurado.

Las voces de Nena y de Ana María Spínola –que ya se había dado a conocer como bailaora con tan sólo cuatro años—se acoplaban a la perfección, bajo el toque rítmico de Jesuli. Su debut artístico había tenido lugar en el Casino Cinema, poco antes de que expiraran los años 50. Y en el ecuador de la década prodigiosa, se disolvieron como grupo, aunque siempre mantuvieron una amistad prolongada. Beatriz Calderón, como superviviente del trío, recibirá el homenaje de su tierra el próximo 19 de mayo, en el hotel Alborán, a partir de una iniciativa del creador publicitario Javier Ortega que ya el pasado año movilizó a la sociedad algecireña para rendir homenaje a Aida Power.

Al tributo a Beatriz Calderón se encuentra previsto que acudan numerosos invitados, como una forma justa y necesaria de devolver a la ciudad todo lo que Nena ha seguido haciendo por ella, pregonándola y manteniendo viva la leyenda del trío, la suya propia y la de la vieja Isla Verde.

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