El mando sucio de la TV

21 de septiembre 2025 - 03:08

No se necesitan muchas evidencias para percibr la hemorragia de degradación democrática en Estados Unidos en esta segunda era de Trump. Era su intención y nunca lo ha ocultado: actuar de manera totalitaria por el bien de su imperio y aniquilar todo lo que es crítica, incomodidad, oposición a sus intereses privados. Estamos girando la manivela a un siglo atrás y la mesura y la tolerancia son la grandes víctimas de este movimiento telúrico.

La eliminación por las bravas del noctámbulo Jimmy Kimmel es el último peldaño de una escalera que prosigue a un abismo sucio. Kimmel no dijo nada del otro mundo, pero da igual. Hubiera sido este lunes o dentro de un mes. La cancelación del late-show de la ABC prosigue al cierre en diferido del programa de Colbert, en la CBS, y el señalamiento del propio Donald Trump a los programas de la NBC (Jimmy Fallon). De una tacada se carga el nido más rebelde de la pantalla del entretenimiento, franja crítica con humor, para ir a por peces más gordos con la pérdida de licencias de emisión.

Trump y su brazo ejecutor por lo mediático, Brendan Carr, están centrados en tener una televisión dócil y tan plana como las pantallas. Aprovechan la debilidad financiera de las grandes cadenas. A corto plazo, el bombardeo a la prensa escrita crítica mientras las redes están invadidas con éxito.

Europa, tan dividida y amenazada, con un periodismo tan débil y polarizado amasado por la política, la hemos convertido en una diana fácil y vulnerable.

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