Los torrestrellas de Portugal
En la ganadería de Condessa de Sobral, en pleno Alenteixo, se siguen las pautas de crianza del toro de lidia al estilo de nuestro campo bravo, manteniendo la tradición de la tienta en campo abierto
El campo bravo portugués, pura dehesa, está en zonas como El Alenteixo. Tierra de herdades trabajada por campinhos, los vaqueros de las touradas portuguesas.
También hay El Alentejo, en Baleizâo, muy cerca de Beja, una vacada de bravo, en las fincas "Herdade dos Montezes" y "Varguinha", donde se cría el toro y se labra el campo al estilo de un cortijo jerezano, con la misma sobriedad y tradición labradora y campera. Es la ganadería Condessa de Sobral, de Alfredo Erquicia Guardiola, dehesa ondulada, de nutrida montanera y "muy buena andancia" como comenta el ganadero, donde los torrestrellas de este ferro campan en paz.
Una finca muy cuidada y trabajada, donde se aprecia la labor de Luis Erquicia Domecq, y en la que en lugar de campinhos con capelo y cayado se ven las mejores garrochas de Jerez, el sombrero de ala ancha, y las monturas camperas. Hay tienta machos en su excelente y largo corredero, bañado por el Guadiana, que fluye alegre y limpio desde el embalse de Alqueva, el más grande de Europa.
La víspera tienta becerras en la amplia praça de "Herdade dos Montezes" Daniel Luque. Lo ancho del ruedo, hábil para la lidia ecuestre campera de los cavaleiros, permite a las vacas arrancarse de muy largo. La Virgen de Fátima en su azulejo, ampara la faena. Vuelan veloces los patos sobre las pantanetas de la finca, el Guadiana platea la tarde y los ganaderos, con Álvaro Domecq, comentan la faena. Luque anda sobrado y el tentadero es un éxito.
El crepúsculo tiñe el viejo Guadiana con tonos guadaletes y se detiene el tiempo. Estilo Jerez, que exporta solera campera y un modo único de hacer las cosas.
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