Cultura

La síntesis más feliz de Les Luthiers

  • El popular grupo celebra medio siglo con una antología que llevará ocho noches al sevillano Teatro de la Maestranza

Les Luthiers, ayer, en el Teatro de la Maestranza.

Les Luthiers, ayer, en el Teatro de la Maestranza. / antonio pizarro

Quedan ellos y los Rolling Stones. Y se ríen al decirlo, pero la chanza se aproxima bastante a la verdad. La aventura que les cambió la vida comenzó hace décadas en Argentina, sin "ningún plan ambicioso" más allá de hacer música y reírse mucho. Con ese espíritu se presentaron en el concierto de clausura de un certamen de coros universitarios donde, ante un auditorio compuesto por jóvenes universitarios habituados a interpretar madrigales, los amigos que aún no se llamaban Les Luthiers, aunque en realidad ya lo eran, tuvieron la erudita desvergüenza de cantar el prospecto de un laxante al son de una música que a la vez homenajeaba y parodiaba La Pasión según San Mateo de Bach.

De aquella noche fundacional han pasado más de 50 años, cientos y cientos de espectáculos ante miles de espectadores entregados y algunas dolorosas pérdidas -la más reciente, la de Daniel Rabinovich, uno de los miembros más carismáticos y queridos y el de mayor vis cómica, fallecido en 2015 a los 71 años-, pero también innumerables alegrías y reconocimientos. El último de ellos, el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de este mismo año. "Era imposible imaginar un futuro tan hermoso. Empezamos siendo un grupo de aficionados que se divertían con lo que hacían y ganaban unos pesitos suficientes para gastos muy menores, pero no había ningún plan ambicioso. En realidad nunca hemos sido ambiciosos. Fuimos haciendo el camino paso a paso, viendo con bastante asombro que iba durando... hasta ahora", evocaba ayer Carlos Núñez, uno de los miembros de Les Luthiers, en el sevillano Teatro de la Maestranza, donde hoy ofrecen la primera de las ocho funciones con las que abren la gira española de celebración de su medio siglo. Las demás, el sábado y el domingo y del martes al sábado de la semana próxima.

El espectáculo que presentan en su regreso a Sevilla es una nueva antología, ¡Chist!, o como prefirió llamarlo Jorge Maronna, "un popurrí para cubrir todos los gustos del público". "Venimos haciendo esto desde hace ya tiempo y resulta que es una gran idea: nos salen espectáculos maravillosos. Elegimos nuestros momentos más felices para tratar de hacer los mejores espectáculos de nuestra vida", añadió Carlos Núñez. No faltarán, evidentemente, sus célebres instrumentos "informales", esos simpáticos artilugios entre los que se cuentan la marimba de cocos, el alambique encantador o el más reciente de los casi 40 que han inventado, el campanófono flagelante; con los que interpretarán piezas muy celebradas de su repertorio, como Manuel Darío, "el cantautor medio imbécil", El bolero de los celos, La bella y graciosa moza marchóse a lavar la ropa, La hija de Escipión o La comisión, en la que dos políticos corruptos le encargan a un músico un nuevo himno para su país, todo sea por la patria y por prolongar su apasionado idilio con el dinero ajeno.

"Pero fíjense, esa pieza -apuntó Marcos Mundstock sobre La comisión- es de 1996. Y el público sigue riéndose con ella. ¿Habremos vivido en 50 años diferentes climas, temperaturas y regímenes...? Desde el principio nos gustó hace un humor atemporal y diría universal si no me pareciera tan pretencioso; pero sí, esa era la idea, un humor que dependiera de la complicidad de tu vecino o tu compatriota. Es demasiado fácil hacer un chiste con el político que ha salido esta mañana en el periódico".

"El público ha cambiado, efectivamente. Unos se han muerto, otros crecieron y algunos incluso se reprodujeron y traen ahora a sus pequeños, con lo cual se renueva una y otra vez esta maravilla. Nos hace sentir muy orgullosos que a estas alturas vengan a vernos tres generaciones y las tres se divierten", añadió Mundstock sobre la extraordinaria longevidad de Les Luthiers. "El único secreto es la alegría que nos da hacer esto, es un ida y vuelta maravilloso con el público durante tantos años", apuntó Carlos López.

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