En España, el autor de una obra plástica tiene que recibir el 3% del precio cada vez que ésta se revende por más de 1.800 euros, pero ese derecho sólo se abona si él o sus herederos así lo reclaman, algo que se cambiará por ley, con los galeristas y los artistas enfrentados por los límites y las formas.

El problema, según galeristas y representantes de autores -que comparecieron ayer en la Comisión de Cultura del Congreso, donde se debate la ley-, es que la subida del precio a partir del cual se generan derechos de autor (se situaría en 3.000 euros) dejaría al 78% de los artistas españoles sin estos ingresos. Es decir, la medida es un "desaguisado" para los representantes de los creadores.

La UE establece que el canon es obligatorio, no voluntario, y que, cuando el autor no está identificado porque haya fallecido sin herederos habientes, debe ingresarse en una entidad de gestión colectiva de derechos. En este punto aparece Visuel Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (Vegap), a la que algunos galeristas acusan de querer convertirse "peligrosamente" en "la SGAE del arte". ¿Cuál es la postura de la entidad? A su director, Juan Gutiérrez Vicén, le parece "inasumible" elevar a 3.000 euros el tope y "muy bueno" que sea obligatorio pagarlos siempre.

El portavoz del PSOE, Rafael Simancas, dice que la idea es que una entidad de gestión, "que podría ser -matiza- Vegap u otra que se creara". De momento, artistas como Luis Gordillo, Joan Genovés o Antonio Fraguas, elevar el tope mínimo a 3.000 euros le parece "decididamente mal".