Cultura

Un fuego provoca daños irreversibles en la cueva del Risco Gordo de Jimena

  • La Asociación por la Protección del Arte Sureño denuncia el nuevo acto vandálico

  • Una fogata erosiona las pinturas rupestres de sus paredes

Las paredes de la cueva, con un manto negro, tras los daños generados por la fogata en su interior.

Las paredes de la cueva, con un manto negro, tras los daños generados por la fogata en su interior. / simón blanco

El Arte Sureño ha vuelto a sufrir una agresión vandálica. La víctima esta vez ha sido la cueva principal del conjunto rupestre del Risco del Tajo Gordo de Jimena, que se encuentra en el tajo de la Marinarza dentro del jardín etnobotánico del Risco, un parque periurbano anexionado a la localidad campogibraltareña. Unas fogatas han dañado el interior de este símbolo del arte rupestre.

La Asociación para la Protección del Arte Sureño (APAS) ha denunciado estos lamentables hechos y los ha puesto en conocimiento de la Policía Local y la Guardia Civil a través de la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Jimena.

31 cuevas pintadas con motivos de arte rupestre hay registradas hasta la fecha en Jimena.

Una fogata ha provocado el contacto directo de las pinturas de las paredes y el techo con el fuego, calcinando varios paneles y provocando una pérdida irreversible de los motivos rupestres que contenía el abrigo, además del ennegrecimiento de las pinturas. APAS, a través del espeleólogo Simón Blanco, advirtió a Europa Sur que en los próximos meses habrá que valorar si se producen desplacados por las alteraciones térmicas en la capa superficial donde las pinturas han estado en contacto con las altas temperaturas.

Los daños provocados en el abrigo han coincidido con los trabajos forestales de retirada de las viejas masas de alcornoques que se están secando en el jardín botánico, "una lacra presente en todas las sierras y que año tras año sigue agravándose y sin recibir una respuesta administrativa acorde a la envergadura del problema", sostiene APAS.

Este acto vandálico supone la destrucción y pérdida de información científica y patrimonial relevante para el municipio de Jimena, con 31 cuevas pintadas, así como una "merma para el atractivo turístico de este término respecto al que ya es un legado muy parcial de la antigüedad prehistórica", añadiendo a ello APAS todo el que haya podido perderse en los miles de años transcurridos desde su realización, pero sobre todo en el pasado siglo "que es cuando el descorche pasa a ser masivo y muchas de nuestros abrigos, como ha ocurrido ahora, fueron ahumados con fuego al utilizarse como refugios tiñéndose de negro o saltando el frágil soporte de arenisca de las pinturas".

La asociación lamenta que pese a ser un lugar público gestionado por el Consistorio y frecuentado por senderistas y vecinos que pueden acceder desde el casco histórico de Jimena, la cueva sigue sin estar señalizada ni protegida, facilitando que "por ignorancia puedan ocurrir estos indeseables sucesos que ponen de manifiesto nuevamente el desconocimiento social y el abandono administrativo en el que sobrevive el patrimonio rupestre gaditano".

La cueva de grandes proporciones, se encuentra a pocos metros de la importante vía de comunicación que representa el río Hozgarganta para conectar las poblaciones del Campo de Gibraltar con la Sierra de Cádiz y el interior malacitano, ubicándose en un pequeño valle transversal al río que ocupa el jardín botánico y se abre al mismo entre impresionantes canchos rocosos.

Blanco explica que las evidencias pictóricas de la cueva han sido tradicionalmente asociadas al estilo esquemático tardío que es el que predomina en este frente rupestre de Jimena, pero la realidad de las manifestaciones gráficas que contiene no se constriñen a un periodo cronológico concreto. También están presentes en el origen del arte rupestre, abarcando gran parte del paleolítico superior hasta sus fases más arcaicas, como ocurre con la cercana cueva de las Estrellas en Castellar de la Frontera, que sí ha podido fijarse cronológicamente gracias a algunos símbolos significativos de este periodo, como una mano negativa aerografiada.

En el Risco destaca la ausencia de "antropomorfismos" y "zoomorfismos", que son ejes principales sobre los que pivota la iconografía esquemática, y la singularidad y nivel de abstracción de todos sus motivos, con gran tamaño de algunas manchas ejecutadas con pincel, tocamientos con las manos pintadas, la longitud de las barras horizontales paralelas o las difusas manchas que podrían ser el resultado de la proyección de pintura a través del empleo de aerógrafos. Son varias series de digitaciones pareadas y el perfilado de hornacinas con puntiformes y barras, lo que se aleja en su conjunto del tradicional estilo esquemático y podría estar apuntando a este periodo arcaico que iría desde los 40.000 a los 22.000 años antes del presente.

Además, las características del abrigo, su gran tamaño y su propia ubicación, algo inusual tan cerca del propio río, plantea la posibilidad de estar ante manifestaciones genuinamente del Paleolítico con paralelos simbólicos de la Cueva de las Estrellas.

Esta circunstancia que deberá ser certificada en futuros estudios hace de la cueva del Risco uno de los enclaves decorados más interesantes y vulnerables del Campo de Gibraltar, que sumado a la calidad paisajística que ofrece este tramo del río Hozgarganta y la accesibilidad del enclave "exige de una vez por todas, una repuesta contundente para la señalización y revalorización cultural de este yacimiento singular que atesora el pueblo de Jimena", sostiene la asociación.

Entre los objetivos de APAS está la difusión del patrimonio rupestre a través de las redes sociales junto a la vigilancia de yacimientos vulnerables y la denuncia de la acción antrópica como a ocurrido en el caso del Risco. Todas estas actividades están encaminadas a romper con la deriva actual, que conduce inexorablemente a la pintura rupestre gaditana "a la aniquilación que está provocando esta generación por la nula implicación administrativa que ni da a conocerlo ni protege este legado universal" y a que se minimice la posibilidad de que en un futuro vuelvan a producirse daños por fogatas como los aquí acontecidos. Daños que "deberían ser cosa del pasado por la ignorancia que había respecto a la Prehistoria", por lo que esperan que el fuego deje de mermar esta imponente "huella cultural" que es el Arte Sureño.

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