Cultura

Las pinturas de los 'esquizos' de Madrid ingresan en el Reina Sofía

  • El museo exhibirá la primera retrospectiva dedicada a los pintores figurativos de los 70

Las pinturas del grupo formado por los "esquizos" de Madrid, Carlos Alcolea, Chema Cobo, Carlos Franco, Luis Gordillo, Martín Begué, Herminio Molero, Pérez Villalta, Luis y Rafael Pérez Mínguez, Manolo Quejido y Javier Utray llenan los amplios espacios de la exposición que el Reina Sofía dedica a la figuración madrileña de los 70. Aunque se trata de artistas en activo que han desarrollado una importante trayectoria y de ser reconocidos como grupo, hasta ahora no habían sido objeto de una exhibición retrospectiva ni de una revisión en profundidad. Los esquizos de Madrid, llamados así por los pintores del barcelonés grupo Trama, ha sido organizada con el objetivo de reconstruir su contexto formativo y de desarrollo, delimitado cronológicamente entre 1970 y 1985 e incluye no sólo pinturas y dibujos, sino documentos y otras piezas como fotografías, películas, vídeos, música, objetos, libros, revistas. En el amplio recorrido, los comisarios María Escribano, Iván López Munuera y Juan Pablo Wert han incluido una sala de referencias con artistas que contribuyeron a formar el horizonte teórico y visual del grupo como Giorgio de Chirico, David Hockney, Salvador Dalí, R.Kitaj, F. Stella, Marcel Duchamp, Raymond Roussel, Deleuze y Guattari, Alex Katz, Roxy Music o David Bowie. También tiene un papel importante en el recorrido Luis Gordillo, artista fundamental que para ellos había supuesto abrir una vía a la pintura con preocupaciones de índole universal y una estructura del cuadro muy pictórica.

Este los elementos que unieron a estas "personalidades muy potentes" y diversas, según María Escribano, figura el que todos volvieron a la pintura y a una pintura narrativa y de historias; además del deseo de primar el contenido conceptual de la obra e incluir en la misma sus propias vivencias y contradicciones. Las referencias a elementos de la historia del arte, su consciencia de la crisis de la filosofía y del arte de la época y unas pinturas con un punto de perversión serían otros puntos de confluencia.

Dedicada al pintor y crítico Quico Rivas, que trabajó largo tiempo en la preparación del proyecto hasta su muerte hace un año, la exposición recorre los diversos hitos de los que estos artistas formaron parte o fueron testigos, como los seminarios de Generación Automática del Centro de Cálculo, el Ciclo de Nuevos Comportamientos Artísticos del Instituto Alemán o las clases de estética de Simón Marchán e Ignacio Gómez de Liaño en la Escuela de Arquitectura. Tras esta etapa, se organizaron sus primeras exposiciones individuales en la Galería Amadís, dirigida por Juan Antonio Aguirre, así como en las galerías Buades, Edurne o Vandrés. Estos espacios, sumados a la práctica de la pintura figurativa a mediados de los setenta, fueron sus nexos de unión junto a otros vínculos como el estudio de Javier Utray.

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