Alonso núñez 'rancapino chico'. cantaor

"Mi padre es desde luego mi principal crítico"

  • El artista chiclanero, muy responsabilizado en el momento actual de su carrera

No debe ser fácil ser hijo de una primera figura en ninguna disciplina. Tampoco en el flamenco. Ya lo vive en sus carnes desde hace bastantes años el joven cantaor chiclanero Alonso Núñez, Rancapino Chico, encargado de abrir el fuego, hace apenas unos días, de la bienal dedicada a Canela de San Roque. Su padre es una leyenda viva del flamenco más clásico y profundo, en activo a los 71 años y uno de los mejores ejemplos de la fuerza y tradición de este arte.

"En este momento de mi carrera me encuentro muy ilusionado y contento pero, también, con muchísima responsabilidad", reflexiona Alonso Núñez, sabedor por completo de que ni la casa cantaora de la que procede ni sus apellidos son cualquier cosa en el flamenco. "Tengo un poco del miedo ese de querer hacer las cosas bien y, bueno, hay veces que me pillará mejor y otras que me pillará peor, pero ya sabemos que el arte es así. Todos los días no son iguales", añade.

Al gran Rancapino, del que lo ha aprendido todo, lo idolatra: "Mi padre está que quita todo el sentío. Está cantando en momentos oportunos, tiene sus cositas, pero se mantiene muy activo y gracias a Dios lo tenemos aquí todavía". La relación artística padre-hijo es, sin duda, especial: "Es mi principal crítico, al máximo. Él halaga a todo el mundo, pero a mí no. Me dice: que te halague la gente, pero yo soy tu padre. No es un padre cualquiera, sino un cantaor que ha escuchado siempre mucho cante, es el más puro de todos. Le gusta que hablen bien de mí, pero él no lo va a hacer. Sí me pide que escuche a los viejos".

Esta última frase deja entrever cómo el padre tiene gran interés en que Rancapino Chico no pierda de vista a los clásicos del flamenco como referentes en su floreciente presente y su más que prometedor futuro. Durante su actuación en el salón de actos del palacio de Los Gobernadores sí echó de menos al gran homenajeado de estos días, Alejandro Segovia, Canela de San Roque: "A mi Tío Canela lo llevo en el alma y me he sentido en casa, pero también con la tristeza de que me hubiera gustado que hubiese estado aquí, al lado mía. A todos nos hubiera encantado. Después me hubiera dicho cosas de mis cantes, por aquí te tienes que recoger más…", reflexiona nostálgico el hijo de Alonso Núñez, Rancapino, acompañado esa noche a la guitarra por Antonio Higuero.

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