Un arqueólogo especialista en Arqueología Física se ha sumado recientemente a los trabajos de estudio paleodemográfico de los restos humanos hallados en la iglesia de Santa María en el interior del castillo de Guzmán el Bueno de Tarifa y que se enmarca dentro de la campaña de sondeos que dirige el arqueólogo municipal, Alejandro Peréz-Malumbres Landa.

Se trata de una acción conjunta y aunar así esfuerzos para concretar un detallado informe y estudio sobre los restos de los hasta los 26 cuerpos enterrados en el antiguo templo dentro de la alcazaba de origen árabe, al objeto de arrojar luz y determinar algunas de las características demográficas de las poblaciones a la que pertenecen los cadáveres encontrados, datados entre los siglos XIV y XVI y que fueron enterrados en el antiguo templo.

Alfonso Palomo Laburu es el especialista en Arqueología Física que ha estado inmerso en los trabajos de reconstrucción, a partir de material óseo, de las constantes demográficas de una población: esperanza de vida, mortalidad, patologías comunes de la época. Ha estado clasificando y estudiando los restos. Palomo Laburu es un reconocido arqueólogo que ha desarrollado parte de su trabajo en la necrópolis hispanomusulmana del Fuerte de Santiago de Algeciras, Málaga, Antequera, Ceuta o Madrid.

Saber leerlos e interpretarlos puede ayudar a determinar algunas de las características demográficas de las poblaciones. Y es que pesar de que algunos de estos restos, en ocasiones con todas las piezas óseas completas de un esqueleto humano, tienen más de 600 años bajo una amplia franja de tierra, la paleodemografía ayuda en gran medida a reconstruir la demografía de ciudades ayudando a conocer la forma de vida de distintas épocas históricas.