Christina rosenvinge. cantante y compositora

"Una canción pop es muy eficaz para meter ideas aparentemente inocentes"

  • La artista presenta este sábado en Málaga su nuevo disco, 'El hombre rubio', en una cita en la que subirán con ella al escenario Miren Iza de Tulsa y Ana Molina de Hola a Todo el Mundo

Christina Rosenvinge, en una reciente visita al Museo Picasso Málaga.

Christina Rosenvinge, en una reciente visita al Museo Picasso Málaga. / javier albiñana

Con más de tres décadas de carrera musical a sus espaldas y haber sobrevivido a su etapa pop adolescente para convertirse en un icono del pop independiente, Christina Rosenvinge se lanza a crear su nuevo álbum, El hombre rubio. Con luminarias como Romance de la Plata, un tema dedicado a su padre, plantea el disco "desde un yo masculino". Este sábado lo presenta a las 20:00 en el Teatro Cervantes de Málaga.

-Todo comienza a raíz de escribir Romance de Plata, ¿cómo fue el proceso de creación de esta canción?

-Esa canción tiene un lado místico. Salió porque estaba escribiendo un romance para Rocío Márquez. Con ese proceso de introspección, de repente me encontré pensando en mi padre, que era un grandísimo aficionado al flamenco. Y pensando esto, hubo una noche en que repentinamente me salió este romance casi de una vez. Yo nunca escribo así, lo hago lentamente, le doy muchas vueltas a las cosas. Tres días después, me dí cuenta de que el día en que había compuesto el romance se cumplieron 26 años de la muerte de mi padre. Me pareció una señal, que había un duelo no concluido o, bueno, que era algo que le debía.

-Apenas terminó la gira de Lo nuestro cuando se enfrascó a componer durante cuatro meses. ¿Qué le motivó?

-Lo nuestro lo escribí en 2013, así que llevaba tiempo sin escribir y tenía muchas ganas. Normalmente lo hago así, porque lo de escribir a trozos no se me da bien. Lo tengo que hacer de manera intensiva. De hecho, los primeros días hago cosas que no valen. Es como les sucede a los deportistas, tienes que entrenar primero el músculo y entonces es cuando empieza a dar resultados.

-Para El hombre rubio ha decidido explorar las emociones desde el punto de vista masculino, ¿le supuso algún reto?

-Sí, aunque tampoco lo estaba intentado con un rigor absoluto. Era un juego. De hecho, hay un par de canciones de desamor escritas en un tono un poco más irónico. Y otras tienen un tono más existencialista. Cada canción tiene un sitio distinto. A veces, las canciones no son lo que aparentan y esconden significados ocultos. De hecho así es como funcionan mejor, cuando presentan dobles o triples lecturas.

-¿Cree que hace falta replantearse los roles de género?

-La Flor entre la vía habla de un adolescente y encuentra que tiene que identificarse con unos ejemplos de masculinidad que no le valen, y no por eso deja de ser hombre. O a lo mejor ni siquiera se quiere identificar como hombre ni como mujer. El ser humano es demasiado complicado como para crear dos arquetipos y reducirlo a eso. Esta especie de división se ha quedado completamente trasnochada. Parte también del punto de vista feminista actual asume la revisión de estos cánones. Una canción pop es un medio muy eficaz para meter mensajes y reflexiones concisas aparentemente inocentes.

-¿La música puede servir para reivindicar causas sociales como el feminismo?

-El feminismo está de trasfondo en muchas de las canciones que escribo, pero nunca es el tema central. Hay que buscar la manera de decir las cosas indirectas y más bellas que decirlo directamente como en una pancarta de una manifestación.

-Una vez se pone usted las gafas moradas ya no se las puede volver a quitar...

-He escrito canciones desde este punto de vista desde siempre, lo que pasa que la gente ahora sí que se da cuenta. Las canciones que escribí en los 90 ya incluían este tipo de reflexión detrás. Incluso en algunas anteriores a éssas, en letras de Álex y Cristina.

-En sus letras habla como un hombre, ¿cree que si lo hubiese sido su carrera musical habría sido más sencilla?

-Eso es una pregunta imposible de responder. Si hubiera sido hombre mi vida habría sido distinta. Sí que es verdad que hay ciertas dificultades exclusivamente femeninas en la música. Pero es muy difícil analizarlo.

-¿Existe el techo de cristal en la industria musical?

-Sí, pero explicar dónde está y porqué es complicado. Porque es un mecanismo que crea una pequeña falta de equilibrio en cada paso que das desde que eres joven. Desde que tienes acceso a un local de ensayo para ir con tus amigos a tocar, a tener libertad de movimiento por la noche. En el momento en que empiezas a hacer música ves cómo se ataca el trabajo de una mujer en relación al de un hombre, la hermandad de hombres que se comprenden entre sí y donde no caben mujeres: ahí ya se crea un pico de exclusión. No puedes señalar un solo punto. Al final te encuentras nueve artistas masculinos por uno femenino.

-¿Qué le inspira para buscar historias como la de la activista Berta Cáceres o para basarse en la de El Cordobés?

-Intento entender el mundo para entenderme a mí. Muchas de mis historias no salen de la literatura, sino que están inspiradas en lo que leo en la prensa. Las emociones de El Cordobés me inspiraron para escribir desde el punto de vista del padre que no reconoce a su hijo. La canción de Berta sí que es un homenaje a su memoria, que me sirvió de inspiración con una frase de un seguidor en Twitter que dijo: "Ella se ha multiplicado, y está sembrada por todas partes".

-¿Cómo está recibiendo el público este nuevo disco?

-Muy bien, la gira está creciendo muchísimo. Málaga es una ciudad con la que me une una conexión muy especial y he pasado allí tantos años que quería llevar algo especial. Por eso me llevo a dos invitadas de lujo: Miren Iza de Tulsa y Ana Molina de Hola a Todo el Mundo. Vienen para apoyarme con sus voces y eso es un lujo.

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