El arte y la propaganda se funden en 'Carteles de la Revolución'
Carteles y fotografías celebran el centenario del levantamiento contra el zarismo
En la sala anterior a la exposición temporal sobre Alexéi y Andreas Jawlensky las paredes del Museo Ruso se han pintado de rojo para recibir otra muestra, Carteles de la Revolución. Más de una veintena de piezas, además de fotografías históricas, conmemoran el centenario de la revolución rusa y supone un adelanto de lo que mostrará el Museo de Arte Ruso de Málaga en 2018, según avanzó ayer Yevguenia Petrova, directora artística del Museo de San Petersburgo y comisaria de la exposición.
Son una veintena de carteles originales que dan idea del periodo revolucionario, tras el que "muchos artistas pensaron que el típico óleo de la pared ya no era necesario y todo el arte debía de ser cambiado y adaptado a la nueva sociedad soviética, y por ello se crearon escuelas para adaptarlo", dijo Petrova en la presentación.
"Campesino, si no quieres alimentar al terrateniente, alimenta al ejército que defiende tu tierra y tu libertad", reza en ruso uno de los carteles de una revolución cuyos impulsores pensaban que estaba llamada a extenderse por todo el mundo. "Aunque eso se quedara en un sueño", según comentó Petrova. Además de un medio de expresión, los carteles fueron un instrumento de propaganda que marcaba las diferentes corrientes, usando una simbología fácilmente identificable. La consigna era emplear un lenguaje breve y combativo, tomando como punto de partida las imágenes y estéticas +populares, además de influencias modernistas y de las vanguaridas rusas. Escenas fáciles de entender por la masa, frases directas y concisas, servían para adoctrinar, pero también se convirtieron en un elemento para que los artistas pudieran crear.
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