Un antídoto para la crisis: la alegría

Una ciudad de la relevancia de Cádiz, un acontecimiento como la Constitución de 1812 y un sentimiento de libertad son componentes suficientes para que Sara Baras convierta uno de los pasajes más influyentes de la historia de España en arte en estado puro. La bailaora vuelve a Sevilla -estará en Fibes el día 13- con el espectáculo La Pepa, una representación cimentada en una Cádiz profunda que lucha por sus derechos en una época donde el dolor y la desesperanza toman sus calles. Será el flamenco y el sentimiento de la gaditana los que le devolverán esa luz tan añorada.

La coreografía, creada para celebrar el Bicentenario de las Cortes de Cádiz, sigue sorprendiendo después de su estreno, en marzo del año pasado. "Lo que hace a La Pepa tan especial es que no sólo se centra en esa época, hace 200 años, o en su contenido histórico, sino que es un reflejo de la sociedad de crisis en la que vivimos y plantea la opción de que todas las cosas pueden salir bien si nos lo proponemos", matiza Sara Baras.

Optimismo, alegría y buenas vibraciones han viajado de la mano de la artista y su compañía por decenas de ciudades españolas y han cruzado fronteras llegando hasta Londres o París. "El espectáculo ha ido evolucionando debido a los directos, los espacios y el público con los que nos hemos topado. Todo ello, y también la relación tan estrecha entre los compañeros y el cuerpo de baile, hace que la actuación quede aún más redonda pero que nunca sea igual", comenta Baras, que apunta a una Pepa distinta a la que conoció Sevilla el pasado año en el Teatro de la Maestranza: "Si la unión hace la fuerza, éste es un claro ejemplo de ello".

La representación recorre los episodios más relevantes de la Cádiz del siglo XIX a través de los distintos palos del flamenco. Desde el horror de la Guerra de la Independencia simbolizada por la angustia y la pasión que requiere un martinete, hasta la máxima expresión de la alegría que culmina con bulerías. "La Pepa es la voz del pueblo en forma de mujer y respira libertad pero, sobre todo, cuida, reza, provoca... Es aire y brisa de esta tierra mágica que busca la esperanza de que algún día se firmará esa voluntad". Los escenarios transportan al espectador a la ciudad gaditana y le seduce con sus colores: "De la tristeza de la guerra al júbilo donde el Puerto marítimo o la iglesia del Carmen -dice Baras- nos iluminan para interpretar y bailar los cantes de ida y vuelta, la guajira, el zapateao o el fandango para, finalmente, terminar con una celebración".

Una de las bailaoras más conocidas del panorama español y artífice del guión, la dirección y la coreografía de este espectáculo, invita a José Serrano a participar en el sueño de La Pepa. "Se compone de un cuerpo de baile imprescindible. Serrano, como presidente de las Cortes, estrecha la armonía con los bailaores diputados, los grupos corales simbolizan a los gaditanos del 1800. La Pepa es el pueblo y éste habla también a través de la música, que nos regala Keko Baldomero", detalla Baras.

En un momento en el que la cultura flaquea como consecuencia de la crisis, ella no se rinde y apuesta por la difusión del flamenco. "Si antes poníamos el alma, ahora hay que poner eso y lo que haga falta", asegura. Sin embargo, se puede apreciar un halo de esperanza dentro de la oscuridad y la artista defiende que esta gira, casi en su totalidad, ha promovido la marca España. "Diecisiete años de compañía y nunca habíamos hecho un recorrido tan grande por nuestro país. Es cierto que las cosas han cambiado y nos hemos tenido que adaptar a lo que se está viviendo pero, por otro lado, nos sentimos afortunados porque esta Pepa continúa trabajando y la gente sigue respondiendo", apunta Baras.

La gaditana sigue creando y buscando nuevas emociones. Ha sido la cara de la primera Barbie española, la recaudación de cuyas ventas será destinada a la organización Aldeas Infantiles; a finales del próximo año la veremos enfrascada en un nuevo espectáculo que se presentará en París. Pero de momento Sara Baras sigue apostando por su Pepa. La que vuelve el próximo 13 de diciembre al Auditorio de Fibes con la solución para la crisis: la alegría.