Cultura

Las Alas del Museo Cruz Herrera

Cristina Harillo junto a uno de los cuadros de su exposición Alas

Cristina Harillo junto a uno de los cuadros de su exposición Alas

En estos meses de cuarentena encerrados en casa, con los tiempos de los paseos estipulados escrupulosamente, las relaciones sociales interrumpidas y con un gran consumo digital de la cultura, más de uno hubiésemos querido tener alas para alejarnos de este entorno asfixiante e incierto y poder sentir la libertad en estado puro.

Las alas han sido, a lo largo de la historia, un elemento pictórico de gran belleza, que en diferentes épocas y artistas, hemos contemplado en más de un museo. Con la irrupción de las vanguardias en el siglo XX y todos los movimientos pictóricos que rompían con el arte figurativo, dejamos de ver las formas identificables de cuerpos y objetos, para percibir sensaciones, formas, colores, y emociones.

Aunque las alas hayan desaparecido en las obras de arte, y ya no veamos angelitos mofletudos y sonrosados volando, ni dragones ni seres míticos elevándose con sus alas sobre los cielos, estas no han dejado de existir como metáfora de nuestros deseos de volar y alejarnos de aquello que nos inquieta, en pos de un sol que no queme esas alas.

Terminado este confinamiento y con una recién estrenada libertad responsable, se ha inaugurado una muestra sobre Alas de la artista Cristina Harillo en el Museo Cruz Herrera de la Línea de la Concepción.

En este admirado museo, vuelan alas de todo tipo y condición. Si las alas son obras de perfecta anatomía realizada por la naturaleza, las alas creadas por la pintora Cristina Harillo son propuestas de cómo un elemento o motivo pictórico aparentemente abandonado en estos tiempos de ruptura figurativa, renueva su imagen, dotándolas de personalidad, color y estados emocionales, con los cuales el espectador puede conectar desde el primer impacto visual.

Alas expresionistas, raras, extrañas, victoriosas, alas fénix, libres, ingenuas, heridas, orgullosas, llenas de ocres, verdes, tintes rojos, de fuego, verdes, y azules profundos casi negros muestran la maestría de esta artista con el color.

En sus creaciones Cristina Harillo muestra su propio yo. Algunas están creadas durante el confinamiento, como un deseo de llenarse de vida, saliendo de la jaula. Cualquier visitante puede experimentar emociones al enfrentarse a su obra, pues estas alas sin contexto temático, retratadas per se en el lienzo, permiten enfrentar al visitante con uno mismo .

Con un magnifico comisariado realizado por la directora del museo, Mercedes Corbacho, nos encontramos un itinerario en el que las emociones y el color se suceden sin pausa. Al terminar el recorrido, nos surge el deseo de elegir nuestra ala y retratarnos con ella.

Como atención especial la pintora Cristina Harillo, realiza visitas a las personas que así lo soliciten en el museo. He tenido la suerte de hacer la visita acompañada de la artista, después me quedé sola, soñé y volé. Cuando salí del museo, el aire marino de La Línea me envolvió, y me alejé con alas de seguridad y libertad.

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