Cultura

Estados Unidos quiso resolver el caso Odyssey con un trueque

  • Un cable publicado por Wikileaks revela que la embajada ofertó su intervención para que España recuperara el tesoro a cambio de un cuadro del Museo Thyssen

Diversos cables diplomáticos del conjunto de 250.000 que la organización Wikileaks sacó a la luz pública el pasado 28 de noviembre hacen referencia al denominado caso Odyssey, el que enfrenta a España con la empresa estadounidense del mismo nombre por la propiedad del tesoro que encontró la compañía de exploración submarina en 2007. Los documentos, que descubren comunicaciones entre las embajadas de Estados Unidos y el Departamento de Estado norteamericano, revelan sobre este tema en concreto intrigas diplomáticas para resolver el conflicto al margen de los tribunales, tensiones entre los ministerios de Exteriores y Cultura y la Junta de Andalucía cuando los barcos de Odyssey comenzaron sus actividades en el Campo de Gibraltar y ofertas de la firma comercial de Florida para burlar la detención de los buques que tenía atracados en el Peñón.

Uno de los cables informa que en junio de 2008 el embajador estadounidense en España, Eduardo Aguirre, sugirió al entonces ministro de Cultura, César Antonio Molina, un trueque: Estados Unidos se comprometía a intentar por todos los medios que España recuperara el tesoro a cambio de un cuadro del Museo Thyssen que los nazis arrancaron con una venta forzada a la familia de un ciudadano norteamericano, Claude Cassirer. Se trata del lienzo Calle Saint Honoré después del mediodía, del artista francés Pissarro.

El telegrama al Departamento de Estado, publicado ayer por El País (uno de los cinco diarios del mundo a los que Wikileaks filtró el conjunto de documentos), indica: "El embajador señaló que, si bien los casos de Odyssey y Cassirer son diferentes temas legales, es interés de ambos Gobiernos hacer uso de cualquier margen de maniobra que sea posible para resolver los dos asuntos de una manera que favorezca las relaciones bilaterales entre ambos países".

Molina entendió el mensaje, pero rechazó la oferta. El cable, confirmó El País, añade: "El ministro escuchó atentamente el mensaje del embajador pero subrayó el hecho de que son casos distintos. Dijo que ningún gobierno español podría devolver el cuadro sin una decisión judicial".

Odyssey había llegado a España a finales de los noventa con el objetivo de buscar en las aguas de Gibraltar y La Línea el HMS Sussex, un barco británico que naufragó en 1694. Se llegó a pensar que Odyssey había recuperado el tesoro de la polémica del Sussex, pero finalmente se constató que procedió del La Mercedes, buque español hundido frente a las costas del Algarve portugués, el que verdaderamente se escondía tras el nombre en clave que le había dado Odyssey, el Cisne Negro. De cualquier forma, el Peñón se había convertido en la base de operaciones de la compañía y, de hecho, fue desde la Roca desde donde la empresa envió el botín de La Mercedes a Estados Unidos.

Tras hacerse pública la recuperación del tesoro, los barcos de Odyssey Odyssey Explorer y Ocean Alert quedaron atrapados en Gibraltar ante la amenaza de la acción de la justicia española. Otro de los documentos publicados por Wikileaks alude a la posición que adoptó la compañía entonces. El telegrama hace referencia a una reunión entre el segundo de la embajada de Estados Unidos en España en ese 2007, Hugo Llorens, y un representante de Odyssey llamado Ali Nasser. "Nasser dice que están preparados para recibir a algún representante del Gobierno (español) en su barco y llevarlo al lugar donde encontraron el Cisne Negro, aunque eso solo ocurrirá si no se detiene a los barcos de la empresa", cuenta el cable. Hay que recordar que la Guardia Civil retuvo a los dos barcos de Odyssey en cuanto salieron de la colonia.

El País también publicó ayer el contenido de cables que constatan las tensiones que se vivieron entre los ministerios de Exteriores y Cultura, y también entre el Gobierno español y la Junta de Andalucía, a cuenta del permiso a Odyssey para rastrear aguas españolas en busca del Sussex. El Gobierno lo había concedido desde 1999, pero la Junta se oponía. Finalmente Exteriores lo corroboró, lo que enfureció a Cultura. De la entonces titular del departamento, Carmen Calvo, un telegrama asegura que "su buena disposición es cuestionable".

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