Cultura

Tricicle estrena en Madrid su reducida versión de 'La venganza de Don Mendo'

  • Protagonizada por Javier Veiga, la obra reduce sus dos horas y media de duración a 80 minutos

El alarde métrico y humorístico con el que Pedro Muñoz Seca se burló del honor, La venganza de Don Mendo, lleva representándose en España más de 90 años porque "la gente no se cansa de algo tan bueno", según Paco Mir, responsable de la versión del Tricicle que estrena ahora Teatros del Canal, en Madrid.

Esta adaptación de La venganza..., una parodia de "lo clásico" que se estrenó en 1918 en el Teatro de la Comedia de Madrid, es la que Tricicle, es decir Paco Mir, Joan Gracia y Carles Sans, estrenó hace diez años en Cataluña y que nunca llegó a Madrid.

Ahora lo hará, del 8 al 25 de abril, con el actor, productor, presentador y monologuista Javier Veiga en el papel de Don Mendo, al que acompañan otros diez intérpretes que se "duplicarán" para hacer los 25 personajes de la obra, con la que Muñoz Seca inventó el género de la astracanada: una farsa que sólo busca la risa por la risa.

Mir, que lleva con Tricicle en Madrid cerca de un año -donde han representado Garrick y dirigido Spamalot-, explica en una entrevista con Efe que quisieron poner en escena La venganza... cuando cayeron en la cuenta "de lo bueno que es este título de toda la vida".

Para esta adaptación del texto de Muñoz Seca (El Puerto, 1881-Madrid, 1936), Mir ha optado por reducirlo "porque era muy repetitivo", con lo que se queda en 80 minutos de función; se han introducido más diálogos "para que fuese más accesible y dinámico" y ha eliminado o cambiado palabras que "quizá no se entendían", como, por ejemplo, 'bodoque' en lugar de flecha.

Por lo que ha tenido un "exquisito" respeto ha sido por el verso, porque, subraya, Muñoz Seca, que además de abogado era profesor de griego, latín y hebreo, hizo "un auténtico alarde" introduciendo en La venganza... prácticamente todos los metros y formas estróficas de la poesía española. Muñoz Seca, afirma, "tenía una facilidad para el ripio asombrosa, parecida al rap, pero muchísimo más difícil".

Su adaptación, que tiene el nihil obstat del catedrático de Filología Hispánica de la universidad de Gerona Salvador Oliva, se centra más en potenciar el tono de parodia que le dio Muñoz Seca a su "burla" sobre la "ridiculez" del teatro clásico.

Que Tricicle dirige el montaje se nota, según Mir, en que "la actividad gestual" es más intensa, pero no porque incluya ningún gag de mímica, los que identifican al grupo catalán.

Javier Veiga, al que Mir "descubrió" cuando le dirigió hace diez años en un anuncio para la Once, añade que "el toque Tricicle" en La venganza... se nota en su "sello de humor, muy limpio y concreto". Él, que nunca la había representado ni visto en teatro, también cree que es "buenísima, fantástica, con mucho atractivo para la gente" y está "encantado" de representarla.

Cuando Veiga se enteró de que Tricicle iba a hacer La venganza..., revela, le puso un mensaje a Mir en el que le decía "si tú me dices ven lo dejo todo". Le dijo "ven" y Veiga aparcó todos los proyectos en los que andaba metido.

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