Pasen, pasen, que la locura durará hasta el domingo. El espectáculo más descarado y original del panorama nacional llegó arrasando anoche al teatro Florida de Algeciras. The Hole tenía como carta de presentación no dejar a nadie indiferente y desde luego que lo logró con un patio de butacas al completo en su sesión de estreno. Este show no hay que entenderlo, simplemente debe vivirse y disfrutarse con libertad.

La escenografía de The Hole convirtió el escenario en una gran mansión con dos escaleras laterales y enormes labios. El maestro de ceremonias fue Víctor Massal, el protagonista sobre el que cae el peso del hilo argumental. Berta Collado interpretará este papel en las sesiones de viernes y sábado.

El público despertó entregado desde el primer minuto con una música que invitaba a bailar desde el hall. Algeciras necesita variedad, más allá de la oferta convencional que se promueve en el Florida, y se está dejando notar con el respaldo arrollador que ayer ya vivió The Hole y prevé vivir hasta el domingo. La media de edad del público bajó considerablemente, es el mayor indicador del éxito de este tipo de formatos.

El lenguaje del espectáculo es tan fresco y poco convencional que impacta en el arranque, pero se acaba asimilando con curiosidad hasta el final. Constantes desnudos y odas a la libertad sexual y al amor sin complejos. Es el éxito del show. "Esto es The Hole, has entrado en el agujero, aquí se está mucho mejor". Así animaba al público Massal, que no tardó en enganchar a los algecireños con guiños a la ciudad, citando desde la calle Trafalgar al Paco-Paca.

La voz del maestro de ceremonias se hizo imprecisa en los primeros minutos, difuminada bajo la música. Pero el público sólo tenía ganas de pasarlo bien y no dejó de silbar y aplaudir sin cesar al ritmo del espectáculo.

The Hole prometía dar mucho de sí y entre juegos eróticos sugerentes y desnudos integrales fue haciendo perder la vergüenza a los espectadores, que se dejaron llevar con los números circenses y acrobáticos que dejaban sin respiración, especialmente, a las butacas de las primeras filas que veían volar sobre ellos a los artistas. "En la diferencia es donde uno evoluciona", esta frase de Massal es una buena síntesis del show que desata la locura interna, impresiona y remueve conciencias.

Entre bambalinas, minutos antes de arrancar el show, los artistas apuraban los últimos retoques de maquillaje. Massal explicaba que "es un espectáculo de libertad", la reacción del público "es una lotería, hay gente que se queda muy loca con lo que hacemos". El maestro de ceremonias comparó el show con beberse una Coca-cola, "es muy chispeante".

Agustín Guerrero, que interpreta a Almon, reconocía que "no sabía cómo podía ser este espectáculo hasta que me vi". El peso erótico del show recae en el Pony Loco -Óscar Kapoya- y la Madame -Tamia Deniz- que ya en camerinos hacían presagiar esos papeles carnales.