Cultura

Poveda lleva a la gran pantalla su "historia de superación"

  • La cinta, que repasa sus 25 años de carrera, se estrena hoy en Sevilla, Cádiz y Córdoba

Se pueden discutir otras cosas pero no que Miguel Poveda ha logrado convertirse en el cantaor flamenco más mediático y admirado por el gran público de las últimas décadas. El catalán no sólo decidió hace tiempo que merecía la pena hacer concesiones a la copla, al tango o a la balada si de acercar su música a un mayor público se trataba, sino que además ha sabido integrar en sus propuestas la dosis de espectacularidad necesarias para buscar el entretenimiento y ha tenido la inteligencia suficiente para incorporar los recursos de las superestrellas a su marca personal. Por eso, a día de hoy es el único artista de lo jondo que ocupará tres días seguidos el auditorio Fibes -los próximos18, 19 y 20 de junio- y el primero que, con sólo 42 años, lleva su vida a la gran pantalla en la película que, tras su paso por el Festival de Cine español de Málaga, se estrena hoy en los cines de Sevilla, Cádiz y Córdoba.

Así, 13. Miguel Poveda, producida por la sevillana Sarao Films y con dirección de Paco Ortiz (Deportados 1969), repasa a modo de flash back sus 25 años de carrera desde su ambicioso concierto en la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid hasta sus orígenes en Badalona cuando se encerraba en su cuarto para escuchar a los clásicos. Pasando, cómo no, por hitos fundamentales de su trayectoria como cuando se hizo con la Lámpara Minera de La Unión en el 93 o consiguió el beneplácito de los gitanos de Jerez y de los aficionados de Sevilla donde acabó llenando la plaza de La Maestranza en la inauguración de la Bienal de 2010 con Historias de viva voz y donde -dice él mismo- "cobró sentido lo que había cantado hasta entonces".

La cinta es, por tanto, en palabras del propio Poveda, "una historia de superación" cuya pretensión "no es la de darme un baño de masas sino la de mostrar que con esfuerzo y constancia se pueden saltar los obstáculos que en mi caso eran ser catalán, payo y de familia sin tradición cantaora". De hecho, la narración se centra en contar la vida de alguien que "cantaba muy mal cuando empezó" y que a base "de tesón y afición" -como cuenta el guitarrista Chicuelo en el documental- ha logrado darle la vuelta a la suerte y hacer que ese 13 que le marca desde su nacimiento (día y hora) pierda cualquier atisbo de mal fario.

Dicho de otro modo, y así lo admitió ayer en rueda de prensa, Poveda se emperró en ser cantaor hasta conseguirlo. Algo que reconoce su propia familia y que se resume a la perfección en la anécdota del caray, caray: el cambio del remate por bulerías en las alegrías de Cádiz que no era capaz de meter a compás cuando cantaba para el baile en el Tablao El Cordobés y que, sin embargo, fue uno de los éxitos de su disco arteSano en Triana, puente y aparte.

En lo cinematográfico, el largometraje se va moviendo de lo público a lo privado combinando las imágenes que fue grabando durante años el ideólogo de la propuesta, Félix Vázquez (el técnico de sonido que lo acompaña en sus giras), con entrevistas personales a sus familiares, amigos y compañeros de profesión entre los que se encuentran artistas tan distintos como Serrat, María Dolores Pradera, Chavela Vargas, Manuel Carrasco o Arcángel.

Una suerte de vídeo promocional de cuidada producción y dirigido a todos los públicos que, más allá de querer mostrar las debilidades o los fracasos del cantante -a excepción de su faceta perfeccionista-, enaltece la figura de quien, como resalta Félix Grande en el filme, "una vez que aprende un cante parece que lo ha inventado".

13. Miguel Poveda, además, quiere ser el inicio de una serie de documentales cuyo fin último es "demostrar el potencial cultural que tenemos en el país", reconoce Vázquez, y que tiene a Matilde Coral y Argentina entre sus próximos objetivos. "Lo único que deseo es que esto sirva para crear afición", repitió el protagonista.

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