Cultura

Pérez Villalta expone una de sus obras más complejas en el Museo de Jaén

  • 'Vísperas de Pascua', una pintura de gran formato, se puede ver hasta el 25 de julio · El autor monta un entramado artístico y filosófico en el que se conjugan religiosidad, ciencia, felicidad y destino

El artista tarifeño Guillermo Pérez Villalta expone hasta el 25 de julio en el Museo de Jaén el cuadro Vísperas de Pascua. "Es una de las obras más complejas que he inventado", asegura el autor en el catálogo de la exposición. Su pintura, de gran formato, cuelga en la sala Espacio Dedicado, con la organización de la Galería Unodeuno y el Museo Provincial de Jaén, por cortesía de la Galería Soledad Lorenzo.

"Vísperas de Pascua, plena de imágenes y símbolos, se nos ofrece rodeada de las pinturas de Sebastián Martínez, el retablo de la Coronada, tallas de vírgenes y santos del romanico, del gótico. Podemos hacer varios ejercicios de diálogo del pasado con el presente. Podemos ver y oír al autor, que nos transmite sus ideas en un lugar donde los códigos usados articulan fragmentos de uno, de varios discursos de la religiosidad, de la ciencia, de la felicidad, del destino", remarca Francisca Hornos, directora del Museo de Jáen.

"La primera idea -recuerda Pérez Villalta- surgió del Domingo de Ramos de 1999 y fue desarrollada en idea y realización hasta marzo de 2000, coincidiendo con un periodo de mi vida sometido a fuertes cambios afectivos".

"La propia obra -continúa el tarifeño- me sirvió de refugio para estas tormentas y no es ajena a ello. Por eso quizás tiene una fuerte estructura racional, matemática y geométrica de complicados cálculos y trazados que sirve de agarre a los elementos simbólicos que a modo de exvotos la cubre como despojos. Pero también son ofrendas con el sentido de la positiva que debería tener arte: no son las penas sino el Fénix que nace de sus rescoldos. Quiere ser altar o retablo mandala para la meditación de lo humano que en su deseo y pasión quiere ser divino".

"Una serie de dibujos libres concluyeron hasta otro de mayor tamaño que a una escala de 1/5 sirvió de base para la realización el cuadro. Es una ventana a celosía que da a un espacio exterior de un cielo donde no aparece el horizonte. La parte superior, como si de un rosetón o custodia se tratase, deja el vacío en su centro".

"En un principio en los bocetos aparecía un niño que sopla unas semillas de diente de león como símbolo de la distracción, que fue motivo inicial de esta compleja estructura. Pero fue sustituido por un velloncino cordero como víctima del sacrificio pascual. Los símbolos de la pasión tienen aquí un valor añadido al de la imaginería cristiana; son además otra cosa que nos atañe a todos pues aquí pasión es sinónimo de vida", concluye Pérez Villalta.

En opinión de David Martínez, comisario de la muestra, "Vísperas de Pascua es el nuevo punto de partida que Pérez Villalta establece para presentar y dirigir la sala en la que se muestra, que se hace biografía en algunos momentos, y para dejar patente, a través de un sugerente imaginario, cómo la naturaleza humana es capaz de soportar muy poca realidad. Para ello divide la obra en episodios que tienen como telón de fondo los símbolos de nuestra cultura y de nuestra identidad".

La Galería Unodeuno destaca que la exposición "encierra todo un entramado filosófico, un discurso estético en busca de nuevos lenguajes, pero sobre todo un nuevo punto de partida ideológico y vital: el arte como análisis de la realidad que nos rodea, en la que Pérez Villalta busca un hueco propio e individual, huyendo de las corrientes mayoritarias. La obra es una pequeña muestra de un trabajo excepcional, que refleja una concepción del arte que trasciende la mera creación estética".

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