Patrimonio sumergido

Historia La defensa de los vestigios de las costas de la comarca

La Junta de Andalucía otorga una protección especial a 56 yacimientos subacuáticos de restos históricos. Once se encuentran en aguas del Campo de Gibraltar

Imagen de la Bahía de Algeciras.
Imagen de la Bahía de Algeciras.
David Cervera / Algeciras

28 de junio 2009 - 05:00

Andalucía se convirtió el pasado martes en la primera comunidad autónoma en establecer un régimen de protección para sus restos históricos subacuáticos. El Consejo de Gobierno acordó la inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Zonas Arqueológicas, de 56 yacimientos submarinos localizados en el litoral de la región. Cádiz, con diferencia, es la provincia con más enclaves descubiertos y ahora blindados: 31. Y de ellos, once se encuentran en aguas del Campo de Gibraltar. Es decir, uno de cada cinco yacimientos de los que acaba de proteger la Junta en toda la comunidad está en la comarca.

La declaración como zonas arqueológicas de estos enclaves, que se adelanta al plan nacional diseñado por el Gobierno central, tiene como objetivo primordial preservar del expolio este patrimonio subacuático. Para algo ha servido la polvareda del caso Odyssey. Las medidas de protección que se establecen sobre estos depósitos históricos ahora marca la obligatoriedad de una autorización de la consejería de Cultura para las obras o intervenciones en las áreas definidas, actuaciones tales como construcción de gaseoductos y puertos, dragados, regeneración de playas o la edificación de parques eólicos-marítimos, por ejemplo.

El pasado abril la propia Junta se marcó el camino al designar 42 espacios subacuáticos como Zonas de Servidumbre Arqueológica. Es decir, áreas en las que se presupone con fundamento la existencia de restos, aunque sin conocimiento documentado. De ellas han salido los 56 yacimientos ya protegidos, una relación que aumentará en el futuro a medida que se constaten y confirmen nuevos enclaves. Es el fruto de años de investigaciones, sobre todo impulsadas desde 1997 con la creación del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS), que tiene su sede en Cádiz capital.

El Campo de Gibraltar, zona geoestratégica de primer orden, posee una rica historia. Sus costas han visto el paso de civilizaciones y han asistido a decenas de incidentes y naufragios. Su lecho marino, pues, está cargado de relatos y referencias. Los once yacimientos ahora protegidos son pura historia comarcal. Bajo el agua.

Empezando por el oeste, Bloques de Piedra es uno de estos enclaves. Se sitúa sobre un claro de arena próximo a la ensenada de Bolonia. Allí existe una concentración de bloques de piedras procedentes de las canteras cercanas, y posiblemente utilizados en las construcciones de la ciudad romana de Baelo Claudia.

También cerca de Bolonia se localiza el área denominada Los Cañones. Así se llama porque en este yacimiento se han hallado dos cañones de hierro, así como munición de este mismo metal. Bajo un ancla, de hierro también, aparecieron restos de madera, probablemente de un pecio (barco hundido). Los restos son de época moderna.

Dejando Bolonia y ya en Tarifa ciudad, se ha protegido el Fondeadero Nordeste de la Isla de Tarifa. Es una amplia zona en la que se localizan numerosas anclas líticas, así como una piedra de molino y un cepo de plomo romano.

San Andrés está ubicado en la cara este de la Isla de Tarifa, a una profundidad que oscila entre los 25 y los 45 metros. Se trata de un pecio conocido como San Andrés, aunque podría tratarse de los restos del naufragio del vapor Miño, ocurrido en 1856. Este enclave alberga de forma fundamental los restos de un barco de palas de hierro, lingotes de plomo con la marca San Andrés, planchas de hierro y una escalera.

Punta Marroquí es una agrupación de siete piedras de molino situadas al pie del cantil de la Isla de Tarifa. No se han localizado materiales arqueológicos asociados a las piedras que permitan establecer una cronología de las mismas.

Laminarias es un yacimiento, frente a las costas de Tarifa, que se corresponde con el denominado pecio de Rompemuros, al que se vinculan dos áreas asociadas con material muy disperso y de cronología variada: romana, púnica y moderna.

Este viaje por el patrimonio subacuático de la comarca sigue su curso y llega a Algeciras. Uno de los yacimientos protegidos ha cogido el nombre de Punta Carnero. Se han hallado cepos de plomo de gran tamaño próximos a la costa algecireña, junto con material cerámico disperso. Los datos indican que estos restos son de época romana y que serían consecuencia de maniobras extremas de embarcaciones que se veían arrastradas a naufragar contra el litoral.

La Ballenera es un enclave localizado en la ensenada de Getares, que a su vez engloba dos zonas. Una es Pecio La Ballenera. Se trata de un barco de finales del siglo XVI o principios del XVII con un cargamento de cerámica de procedencia italiana. Junto a la cerámica aparecieron cañones de hierro, lingotes de plomo con marcas, restos metálicos indeterminados y vidrios, entre otros materiales. La otra zona de La Ballenera es el denominado Fondeadero de Getares. Es un área de la que se han recuperado gran cantidad de cepos de anclas de plomo, de entre 50 y 80 kilos y pertenecientes a barcos de porte medio. Su distribución define el sitio en el que se refugiaban las naves al llegar o salir del Estrecho, aunque también existe la posibilidad de que en el lugar se ubicara una almadraba. Los restos datan de finales del siglo XVI o principios del XVII.

El recorrido patrimonial avanza por la Bahía y se detiene en San Roque. Fondeadero Arroyo de Los Patos es un enclave situado en las proximidades del yacimiento de Carteia. Alberga abundantes restos fenicios, de cerámica campaniense, sigilata romana, pesas de red, ánforas y cerámica medieval y moderna, así como restos de madera de un pecio hundido. También han aparecido sillares relacionados con estructuras portuarias.

Otro de los yacimientos que ha preservado la Junta está poco delimitado y se ha dado en llamar de forma genérica Estrecho. Se trata de una zona en aguas del Estrecho, a una profundidad aproximada de 282 metros, en la que se han encontrado restos de ánforas y maderas de una embarcación hundida de época tardopúnica.

El último de los enclaves blindados en la comarca es, quizá, con el que empezó esta campaña de protección. Es el llamado Punta Europa y en él se hallan los restos de un naufragio, posiblemente el del navío inglés HMS Sussex, hundido en 1694. Fue el barco hundido que trajo a Odyssey a la zona, el objetivo en el que la empresa disimuló su rescate del tesoro de La Mercedes, el pecio de la polémica que ha activado la preservación de nuestro patrimonio sumergido.

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