Cultura

Pasarela basura

La comedia paródica posmoderna asume su estéril condición de abanderada del fast food audiovisual en la celeridad con la que se suceden, año a año, semestre a semestre cabría decir ya, las películas-compendio que hacen del más artero reciclaje de exitosos materiales (de desecho) su única razón de ser.

En la línea de sus predecesoras Scary movie, Epic movie o Date movie, todas ellas herederas de la tradición paródico-cinéfila de las comedias de Zucker y Abrahams (Aterriza como puedas, Top Secret, Hot Shots!, etc), Disaster movie juega claramente todas sus cartas a la explotación desvergonzada de los blockbusters y otros éxitos comerciales de ¡esta misma temporada! desde la acumulación continua y digresiva de sus momentos estelares en una narrativa desquiciada.

Como ya ocurriera en la película Casi 300, en la que los referentes cinematográficos compartían inevitablemente protagonismo con las celebrities de la temporada, Disaster movie saca a la pista de su particular circo mediático a los imitadores de los protagonistas de títulos como 10.000, Hancock, Indiana Jones, Hulk, Iron Man, Soy leyenda, Batman, Beowulf, Monstruoso, El incidente, Sexo en Nueva York, Noche en el museo, High School Music, Kung Fu Panda, Alvin y las ardillas, Hanah Montana, Encantada, Supersalidos, El gurú del buen rollo, No es país para viejos o Juno, para que compartan desfile con estrellas cinematográficas como Amy Winehouse o Justin Timberlake en una indigesta pasarela del horror que, lejos de toda ironía o carga crítica, sigue legitimando el espectáculo industrial como reclamo para tener que pasar dos veces por caja.

Y las que haga falta.

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