Cultura

Neorrealismo flamenco

Como viene ocurriendo desde su fundación, la galería jerezana que dirige Juan Carlos Sánchez de Lamadrid, ofrece una exposición temática sobre el flamenco con motivo del Festival de Jerez. Este año, el espacio de la calle Pozo del Olivar se ha vestido de gala con la fotografía de uno de los grandes artistas internacionales que mejor han tratado el complejo universo del flamenco. Steve Kahn es un fotógrafo californiano que, como le ocurría a los viajeros del siglo XIX se vino a España a la busca de nuevas sensaciones; en este caso a perfeccionar sus estudios de guitarra; estudios que compaginaba con los de Física, allá en su tierra natal. Tenía poco más de veinte años y no tuvo mejor sitio para bajarse del autobús que en la población sevillana de Morón; sabía de un tocaor de allí, Diego el del Gastor, que se convertiría en su anfitrión, en su amigo, en su familia y, por supuesto, en su maestro.

Aquel encuentro le hizo recalar en una España de los años sesenta, todavía más cerca del siglo XIX que del momento, aquel 1969, en el que el primer hombre iba a poner su pie en la luna. Steve Kahn descubrió la guitarra flamenca y, sobre todo, se acercó, de primerísima mano, a todos aquellos locos maravillosos que componían una casta especial, la flamenca, donde todo era posible aunque se viviera en unas condiciones bastante imposibles.

El fotógrafo californiano, desde entonces, retrató lo flamenco y a los flamencos, abrió las puertas a un universo de contrastes, de muchas presencias pero infinitas ausencias, de sentidos, de sentimientos, de espiritualidad; también de carencias, de estrechez, de sombras y, hasta de miserias.

Y eso, es lo que nos plantea esta exposición que Juan Carlos S. de Lamadrid nos presenta en los días en los que Jerez se convierte en el centro neurálgico del baile flamenco. Una historia de pretéritos, de realidades que fueron, de humanidad compleja y viva, de estamentos que encierran curiosos y extraños modos de sentir y de vivir una existencia casi al margen de lo que había en el entorno cotidiano.

Se trata de una fotografía abiertamente neorrealista, con tintes de vivencias concretas, que desentrañan aspectos de una sociedad de descarnados encuadres y que plasma situaciones donde todo es susceptible de manifestar una verdad condicionada por un tiempo, un espacio y un arte, el flamenco de los flamencos, especialmente lleno expresivismo y potencia ilustrativa.

Muy acertada la exposición jerezana sobre un aspecto flamenco distinto, donde el propio motivo patrocina una dimensión nueva de un arte y de una existencia llena de matices, de encuadres, de emociones y de sentimientos.

Steve Kahn nos abre las compuertas de un universo único, al que el fotógrafo americano capta sin remilgos, y expresa con toda su descarnada naturalidad, sin los afeites restrictivos que impone lo cotidiano para no desarrollar episodios de tan aplastante realismo.

Galería Sánchez Lamadrid Jerez

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