El filósofo Jesús Mosterín murió el pasado miércoles en Barcelona a los 76 años a consecuencia de un cáncer de pulmón diagnosticado hace dos años. Nacido en Bilbao y también antropólogo y matemático, Mosterín ha sido definido a menudo como un "filósofo de la vida", definición en realidad un tanto vaga, incluso tautológica, pero que viene a señalar en este caso la recurrente atención que dedicó a la biología y, en general y por extensión, a la porosa frontera que separa, o no, la filosofía y la ciencia.

En la vida pública, Mosterín, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, se caracterizó también por su incansable defensa de los animales.

El filósofo se manifestó repetidamente en contra de las corridas de toros y el maltrato animal. En torno a la tauromaquia publicó varios libros con el propósito de refutar y desmentir los argumentos esgrimidos en defensa de la llamada fiesta nacional. Fue además presidente honorario en España del Proyecto Gran Simio, la organización que propugna el mismo reconocimiento de derechos para los "homínidos no humanos".