Cultura

El navío 'L'Algesiras', tras la histórica batalla de Trafalgar (y II)

  • En junio de 1808, convencido de la imposibilidad de la llegada del ejército francés de Dupont, Rosilly se rinde · Tras ser reparado, el buque pasa a formar parte de la corona española bajo el nombre ya de 'Algeciras'

Además de alistarse dos embarcaciones para acoderarlas en el arsenal -por si Rosilly atacaba a La Carraca-, se instalaron nuevas baterías y se reforzaron en La Cantera, Trocadero y Puntales. La impaciencia de la ciudadanía iba en aumento. Rosilly informado de que el ejército de Dupont estaba en camino, su único objetivo consiste en ganar tiempo. El 31 de mayo la Junta Suprema de Sevilla había tomado una decisión que rompería los planes de Rosilly; un emisario de aquella junta viajó hasta Algeciras para pedirle al comandante general del Campo de Gibraltar, Francisco Castaños, la adhesión a la citada junta, poniendo éste a disposición de la máxima autoridad de Andalucía occidental, su ejército acampado frente a Gibraltar. El principio de los acontecimientos que finalizaría con la victoria del ejército español sobre el francés en tierras de Bailén había comenzado.

Rosilly mueve sus barcos -entre ellos, L'Algesiras-, los hace entrar en el canal, lo más cerca posible de La Carraca -en un lugar conocido como Poza de Santa Isabel-, con ello se aleja del tiro de las baterías y amenaza el arsenal real. Un rumor hace aumentar las dificultades para conseguir la rendición de la escuadra gala. Rosilly ha pedido auxilio a las tropas francesas que se encuentran en el Algarbe. Rápidamente se toman medidas por parte de las autoridades españolas para contrarrestar la llegada del posible auxilio. Desde el fondeadero de Algeciras, el general Castaños envía nueve cañoneras y una bombardera.

El día 9 de junio, Morla le exige al almirante francés su rendición. Rosilly contesta con dos oficios, en el primero manifiesta: "su resolución de perecer junto a la escuadra"; en el segundo propone la salida de la misma de las aguas del puerto gaditano, previo acuerdo con el almirante inglés de que éste no acometería ni perseguiría a la escuadra francesa, en el espacio de cuatro días, desde su salida". La expectación era de tal magnitud, que ya sobrepasaba el ámbito de la bahía gaditana, por lo que desde " las poblaciones del campo de Gibraltar venían ansiosos los hombres a presenciar la lucha".

Rosilly se había preparado para la defensa. La cubierta de L'Algesiras -y las de los demás navíos galos-, estaban sobrecargadas de cables, calabrotes y otras jarcias, con objeto de impedir la acción destructora de las bombas. Comienza el fuego. El navío L'Algesiras, "molestado por la batería de morteros de La Cantera, le desencabalgó a fuerzas de balazos, las piezas que lo componían".

El combate duró todo el día, al día siguiente, se le ofrece nuevamente la oportunidad de rendirse a Rosilly; nuevamente contesta con dos oficios cargados de evasivas, en el que se vislumbra -sobre todo en el segundo-, la rendición.

El día 14 de junio, tras las negativas a las pretensiones del almirante francés y convencido de la imposibilidad de la llegada del ejército de Dupont, Rosilly se rinde. Juan Ruiz de Apodaca, sube a bordo del navío Heros y se hace cargo de los navíos galos, sus tripulaciones (3.676 prisioneros) y del valeroso almirante Rosilly, cuya cautela y diplomacia bien hubiese servido para evitar el desastre de Trafalgar.

Tras una segunda reparación el navío francés L'Algesiras es marineado y pasa a formar parte de los barcos que se encuentran bajo la corona española, manteniéndose el nombre dado por los franceses, en recuerdo de la batalla naval de Algeciras (1801).

A partir de ese momento, el Algeciras -en aplicación de una Real Orden de 1785-, lucirá como enseña "las dos barras rojas, con otra amarilla en el centro".

Desde el 14 de junio de 1808 el navío español Algeciras, se encuentra anclado en aguas de la bahía de Cádiz, siendo testigo de los hechos históricos que se suceden en la capital de la provincia, con motivo de la Guerra de la Independencia. Pero en enero, el navío recientemente incorporado a la armada española, pronto hará el primer e importante servicio a la corona española y a su causa. A finales de enero de 1809 el Ministro de Estado Pedro Cevallos Guerra, embarcaba en el navío Algeciras -comandado por el brigadier Miguel Gastón-, para trasladarse a Londres en calidad de Ministro Plenipotenciario y enviado extraordinario de la corona. Uno de sus primeros logros fue conseguir del gobierno inglés, un empréstito de sesenta millones de pesos para poder continuar la lucha en España contra el invasor; así mismo también consiguió armamento y fusiles para el ejército español.

Tras cumplir su misión en las Islas Británicas, el Algeciras, al mando del brigadier Gastón, pone rumbo al puerto de Vigo. Tras una larga estancia en aguas de la zona, el 11 de noviembre de 1811, zarpa con rumbo a Nueva España, transportando al Regimiento de Infantería de Asturias, con objeto de sofocar un levantamiento independentista en la zona. Nada mas llegar a aquellas aguas, tuvo que hacer frente a un potente huracán, que puso a prueba tanto a las cualidades marineras del navío, como a la pericia de su tripulación. En 1817, el Estado General de la Armada en su Relación de los Buques de que se compone la Real Armada, con expresión del número de cañones que montan, y de los Astilleros y años, de su construcción, como también de los que están armados y desarmados, y sus destinos, según se significaran por las letras iniciales A ó D -recoge-, Departamento de Cádiz. Buque Algeciras. Cañones 74. Astilleros Presa Estado D. Destino Cartagena.

Comienza su declive y olvido. El 9 de septiembre de 1823, en el departamento de Expediciones y Buques, se remite el siguiente escrito: Algeciras (Navío). Instancias del Asentista del Hospital de San Carlos solicitando se le entregue este Navío en pago de lo que se le debe por suministro de medicinas a otro Hospital. V. Contratas a personales. Arostegui (D. Franco).

Previamente el 15 de septiembre de 1820, el negociado de Arsenales. Buques. Se dirige: Al Comandante General del Arsenal de La Carraca, ordenando: "que se venda a pública subasta la parte alta del navío Algeciras para dejar libre los fuegos de la Batería de las cuatro Torres. Nota Habiéndose opuesto a esto Don Joaquín Ma Peri, se dio cuenta, y se resolvió visto".

En 1830, se comienza un expediente, que tiene como documento inicial, el informe elaborado por D. Felipe Riera, dirigido a la Junta supor del gobierno de la Armada, en el que se expresa: "Se le remite a informe una propuesta de D. Felipe Riera para desguazar el navío Algeciras dejando expedito y habilitado el dique que ocupa en La Carraca y colocando en su lugar al Guerrero, recibiendo por recompensa de este servicio los aprovechamientos del [...] Algeciras". El expediente finaliza con un escrito de fecha 14 de julio de 1831, en el que se ordena: "Desguace del navío Algeciras, habilitación del dique que ocupa en La Carraca, y colocación en su lugar del navío Guerrero. V. En su expediente en Asientos a nombre de D. Felipe Riera". La suerte del Algeciras estaba echada.

Tras su construcción por la armada francesa, L'Algesiras, estuvo defendiendo los intereses de la misma, por un intervalo de cuatro años (1804-1808). Tras la rendición del almirante Rosilly, es marineado por la armada española y defiende los intereses de ésta, por otro periodo de veintitrés años (1808-1831). Así mismo formó parte de hechos históricos tan importantes, como el plan de Napoleón para invadir Gran Bretaña, la batalla naval de Finisterre, la batalla naval de Trafalgar, la rendición de la flota de Rosilly en Cádiz, la petición de ayuda de España a Inglaterra durante la Guerra de la Independencia, el levantamiento de los insurrectos en las Antillas, etc.

Para finalizar, expresar que desde 2005 -incluido el presente 2011, el autor del presente trabajo de investigación, tiene por costumbre solicitar al Excmo. Ayuntamiento de Algeciras, tenga a bien recordar la presencia de este navío en el callejero local; esperemos que algún día, la sensibilidad municipal algecireña haga justicia al navío L'Algesiras o Algeciras y a su gloriosa historia.

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