Cultura

Blanca Orozco, una incombustible defensora del arte que nació pintora

  • La algecireña desea que el Ayuntamiento tarifeño le ceda la gestión cultural del castillo de Santa Catalina para exposiciones Subraya que los artistas son "embajadores" y no se valora

Blanca Orozco (Algeciras, 1976) lleva desde los 9 años pintando, quizás al principio de una forma obsesiva por su pasión incontrolada. "Cuando era pequeña ya decía que quería serlo". Nació pintora y hasta hoy. Es vocacional, su madre se dedica a la música y pese que intentó inculcarle esta rama artística nada pudo hacer. Ni ella conoce el número de obras que ha creado, puede haber una pizca suya en cualquier parte del mundo.

Reside en Tarifa desde hace tres años, tras vivir uno en Berlín acompañando a la también pintora y amiga algecireña Fátima Conesa. Siente esta ciudad como la más apropiada para ella, ese sentir cosmopolita y cuenta con un estudio de una altura de hasta seis metros. Está enamorada del castillo de Santa Catalina y le gustaría que el Ayuntamiento tarifeño le cediera la gestión cultural de este espacio para exposiciones y actividades culturales, para de alguna manera dar salida a este lugar.

Su primera exposición fue junto a Conesa en 1996, y a nivel individual tiene incontables. Muchos de sus cuadros están en cualquier país desde Inglaterra, Alemania o México, y muchos han sido colgados en lugares exóticos, diferentes, atractivos e impactantes. Su influencia en la pintura fue desde el primer momento de Tápies, aunque intentando ser más lírica, fresca, espontánea, "muy de combate, me gusta que los cuadros parezcan inacabados porque parecen que están vivos. La multiplicidad de lecturas, decir algo de una manera abstracta, como le digo a mis alumnos: que digan más con menos". Otros artistas como Schnabel, Baselitz, Lucio Muñoz, Barceló, María Aranguren o Paloma Peláez, también han marcado su forma de sentir.

La artista algecireña tiene obras en el Museo de Azuaga de Badajoz; el de Marmolejo en Córdoba; el Museo de Arte Contemporáneo de Sofía de Bulgaria; en la Colección del Banco Zaragozano en Málaga; o en la Colección del Banco Zaragozano en Madrid, en la Torre Picasso; además de un gran listado de selecciones y premios.

Siempre está pintando, no se puede decir que tenga proyectos en mente porque no deja de crear. Ahora mismo tiene obras expuestas en el mercado del arte de Cádiz, en Tarifa o en Sotogrande. Si tiene prevista una idea con dos escultores para Semana Santa, donde pretende crear a partir de la inspiración de las piezas de ellos. Otra de los detalles que ahora mueve mucho su actitud artística es el reciclaje, lo desechado lo reutiliza y vuelta a empezar.

Del Campo de Gibraltar destaca a Fátima Conesa, muy volcada en el grabado, a Santi Cervera y a Leto, que actualmente exponen junto a ella en la galería Nando Argüelles Art Project, ubicada en Sotogrande, que Orozco gestiona junto al propio Argüelles.

Si se le pregunta por los grandes exponentes del arte en la comarca, los nombres principales se enmarcan entre el pintor tarifeño Guillermo Pérez Villalta y la galerista algecireña Magda Bellotti. Sobre el artista subraya que respeta "muchísimo su obra, es un trabajador. En sus creaciones se nota que hay muchísimo trabajo", si bien como persona se reserva que es más tímido.

En cuanto a Magda Bellotti reconoce que ha tenido "un papel importantísimo en el arte, tanto a nivel comarcal como nacional". Orozco incluso se recuerda visitando desde muy pequeña su galería, entonces ubicada en Algeciras antes de trasladarla a Madrid. "Le tengo mucho cariño". Reconocía la belleza de su galería en la capital, así como la labor que con la colaboración de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras está desarrollando en la Dársena del Saladillo. "Le deberían dar el premio de mujer emprendedora, ¿por qué no a alguien que esté relacionado con la pintura?".

Para visitar arte con mayúsculas actualmente invita no sólo a Espacios AlCultura o a la Nando Argüelles sino a sitios alternativos.

Sobre ser profeta en la tierra lo tiene claro, "es una pena pero es verdad que nadie lo es". "Me parece indignante que no se le haya hecho nada grande a Paco de Lucía -pone como ejemplo Orozco- y que el conservatorio que lleva su nombre ni exista, porque va de edificio en edificio. Algeciras me da mucha pena, quiero mucho a mi ciudad, pero no hay interés".

La pintora lamenta que no se cuida a los artistas. "Los políticos nos usan como marionetas". Son muchas las exposiciones y actividades para las que prestan ayuda y colaboración, y parece que se olvida que "no sólo ponemos tiempo, también dinero. La gente se piensa que los artistas somos millonarios y yo sobrevivo como la mayoría". Añade además que un cuadro, la confección y los materiales, puede tener un coste de 200 euros, con lo cual realizan un trabajo que continuamente requiere de una gran inversión económica.

En cuanto a los gestores culturales reconoce que Patricio González hizo mucho en su momento, "cuando estuvo al cargo había de verdad un interés por la cultura". El papel de los artistas, para Orozco, debe ser más valorado, "somos embajadores". Recuerda como anécdota una exposición en Bulgaria en la que participó y fue visitada por la Infanta Elena que, al pararse frente al cuadro de la algecireña resaltó que la luz que desprendía le recordaba a Cádiz y ahí Orozco se encargó de matizar su procedencia e inspiración.

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