Blanca Orozco desafía al desamor en Tarifa con 'Esperando a Romeo'

No se trata sólo de pintar, hay que contar una historia. Blanca Orozco ofrece en Tarifa una exposición que atraviesa los sentidos. Hasta octubre estarán colgadas de la pared del restaurante La Trattoria unas quince obras que gritan al desamor. Esperando a Romeo es el nombre de la muestra inspirada en la bella Verona, localidad de la cual es natural el dueño del establecimiento. El balcón de Julieta es uno de los símbolos de esta ciudad italiana, lo cual supuso el punto de partida para lo creado.

Algunas de las obras están pintadas sobre soporte de lienzo y otras en madera. También destaca la técnica mixta pero sobre pastas de libros antiguos, "los encontré en la basura y lo reciclé de esta manera, enmarcados en un cajón a modo de urna". Ya piensa en dejar fluir la idea, que no los cuadros, para posibles exposiciones futuras si surge la ocasión.

"Cuando pinto me gusta contar historias y, si es posible, acompañar mi obra, combinarla con otras disciplinas artísticas", explica la autora. La contemporaneidad del arte también forma parte activa en esta colección. "La pintura, como dicen muchos, ni ha muerto ni morirá. Es el lenguaje artístico más antiguo, el que siempre ha acompañado al hombre desde sus comienzos, sólo que como cualquier lenguaje debe ir adaptándose a los tiempos, reflejar el momento en el que se encuentra".

Esperando a Romeo tiene un origen decorativo, de alguna manera, explica Orozco, ya que se trata de "llenar paredes" en un restaurante reconvertido en algo más artístico. A este proyecto se suman más personas, entre ellas una proyección genial con música de Amparanoia, e incluso un joven Mario, que hace de Romeo.