Cultura

Antonio Rojas recrea sus paisajes personales y los vuelve reversibles

  • El tarifeño expone hoy en la galería de San Roque Ortega Bru Vuelve al Campo de Gibraltar con 102 obras de impacto visual

A su cita puntual con el Campo de Gibraltar vuelve el artista tarifeño Antonio Rojas. A las 20:00 horas inaugura hoy La Línea clara en la galería Ortega Bru de San Roque. Sus últimas visitas a la comarca fueron a Sotogrande y Algeciras en 2012 y 2011, respectivamente. Su propuesta, fiel a un estilo de juego óptico y paisaje natal, vuelve a prometer impacto visual, creada y pensada por el autor expresamente para la "gente del entorno, de alguna manera rindo tributo".

Su obra estará hasta el 28 de marzo y ya prepara una nueva colección para junio en Bilbao. Posee una marca reconocible que le distingue y es en esencia ese diálogo al que invita a los ojos, ese pestañeo y balanceo horizontal que provoca para entender su obra, se trata de una experiencia más que un viaje visual. "Quiero hacer de alguna manera partícipe al espectador de esa meditación, porque los cuadros son como meditaciones sobre un espacio y trato de hacerles ver o recorrer ese espacio recreado".

La exposición reúne gran parte de su obra reciente, de hecho son 102 las que se verán, entre cuadros en óleo o acrílico, acuarelas y fotografías a modo de collage; usando a su vez lienzo, madera o papel y en algunos casos introduciendo volumen para ofrecer perspectiva. En las piezas tridimensionales rinde homenajes personales al propio Dalí, con la historia de su mirada; otro es en exclusiva referido a Tarifa con detalles de las dunas, la playa Chica o Los Lances; además juega con el surrealismo poniendo al mismo nivel cuadros y ventanas generando una confusión óptica que debe resolver el propio observador; introduce en otro elementos ajenos a la perspectiva para resaltar el error como contraste.

Los cuadros son más recientes pero las fotografías las ha ido acumulando durante años. La mayoría son imágenes de Tarifa, aunque también se recoge a Gibraltar o Bolonia. "Es la primera vez que ha introducido el volumen en la fotografía, me he dado cuenta que era muy importante utilizarlo para cuestionar el espacio fotografiado. Recorto formas dentro de la imagen y a partir de los blancos logro establecer un diálogo que es una forma de ampliar el discurso de la pintura".

Sobre el uso del relieve, que compara Rojas con el 3D en el cine, reconoce que es un atractivo añadido. "Requiere muchas más horas de trabajo porque es una superficie plana que está plegada como si fuese un abanico y son muchos más los centímetros cuadrados que hay que pintar". Siempre ha trabajado con la perspectiva, aunque bebiendo de referentes de artistas que ya han desarrollado este efecto, remontándose incluso al Renacimiento.

"Con el volumen se consigue hacer que el engaño sea aún mayor, al invertirse la perspectiva el volumen que viene hacia afuera se percibe como algo que va hacia dentro y el engaño es muy convincente y eso siempre deslumbra". Además de que son las obras que más atracción producen para los espectadores.

En pintura se considera a medio camino entre la figuración, el realismo y la abstracción. "No lo planteo como problema, sencillamente es que es una forma de trabajar en el límite, no me interesa el purismo". Es una constante el paisaje en sus obras, el cual básicamente está en su mente. Posee lo que califica como una "intuición para percibir los volúmenes, para hacer una lectura de ellos de alguna manera, de volverlos con una visión muy personal".

Rojas no presume de hacer un uso protagonista del color y reconoce que podría pintar en blanco y negro. Suelen ser muy comedidos, saturados, hay tonalidades muy trabajadas. "Mi amigo Chema Cobos me describía como un pintor tonal, refiriéndose a que no tengo demasiado en cuenta los colores sino que me preocupa más el tono, la claridad y oscuridad de cada color".

El tarifeño, que posee numerosas exposiciones individuales en España, además de premios y becas o colectivas en Japón o Estados Unidos, no olvida Tarifa, a la que acude en verano. Aunque reconoce que su última exposición en su tierra natal fue en sus comienzos, ahora vive en Madrid o más bien en su estudio ya que su pasión creativa le ocupa las horas. "De pequeño cuando vivía en el campo sentía esa necesidad de pintar y dibujaba sobre las piedras y recuerdo desde la infancia tener ese sueño de pintar el paisaje que estaba viendo".

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