Cultura

Andrés Rábago 'El Roto' habla del reencuentro del alma con su origen

  • El reconocido ilustrador madrileño inauguró ayer en la Casa Pemán la muestra 'La fiebre del oro', que permanecerá expuesta hasta próximo día 27 de abril

Andrés Rábago El Roto es un artífice de la reflexión. En obra y alma. De voz serena, palabra pausada e ideas nítidas, como su pintura, este reconocido ilustrador explica a la prensa -su medio predilecto- la forma en que concibe su nueva exposición, La fiebre del oro, que ayer inauguró en la Casa Pemán.

15 pinturas y 9 dibujos hablan así de una obra de carácter metafísico o religioso adaptada a un lenguaje actual "que hace visible lo invisible", asevera Andrés Rábago. Una exposición cuyo título se acoge a una de las creaciones que cuelgan de la pared de la Casa Pemán, una pintura que reproduce la imagen de un hombre que trata de robar un tesoro de una falsa proyección. "Es una metáfora de lo que somos. Y aunque no es la pintura más representativa de la muestra -de hecho tengo que perfilar todavía algunos aspectos-, recoge muy bien el momento en que nos encontramos, mientras que el resto de obras hablan de las direcciones que vamos tomando".

Y es que cada una de sus creaciones, basada en historias distintas, recrea los distintos caminos que recorre el alma hacia el reencuentro con su origen, "que al fin y al cabo es la obligación de todo ser humano. Todos estamos llamados alguna vez en la vida a recuperar esa dimensión anímica espiritual".

Para ello este ilustrador de El País se sirve de varios elementos simbólicos -imágenes arquetípicas- y pictóricos que buscan la lectura fácil y el efecto rápido, si bien este golpe efectista se traduce posteriormente en una interpretación mucho más reposada en el interior de cada espectador.

Entre estos elementos se encuentra el color "de alto voltaje" del que se sirve, con el que pretende transmitir "la parte emocional de la obra".

La luz y el trabajo del artista -en sus distintas manifestaciones- también aparecen reflejados en múltiples ocasiones en su pintura, del mismo modo que el agua, "metáfora que ya usaban los antiguos cristianos para referirse a la búsqueda del espíritu".

Y aunque afirma que su pintura ha variado poco a lo largo de su trayectoria, sí que ha cosechado cierta modificación en el lenguaje pictórico que utiliza en esta búsqueda espiritual del alma. "Mi pintura se ha hecho quizás más plana y jugosa", dice.

La búsqueda de la serenidad, otra de las constantes de Andrés Rábago, también se materializa en un trabajo plástico muy ensimismado, detrás del cual se esconde a veces hasta años de trabajo. "Hay obras que he tardado años en hacer porque insisto mucho hasta conseguir el efecto deseado. Por eso me siento muy satisfecho con cada uno de estos trabajos", señala.

Dos años en total de trabajo le ha costado la exposición que ayer inauguró en este "encuentro natural" con Cádiz, que ha sucedido "de la forma mágica en que ocurren las cosas bonitas de la vida".

La fiebre del oro, de cuyo trasfondo habla largo y tendido el comisario de la muestra en el catálogo editado para la ocasion, Felipe Hernández, permanecerá expuesta en la Casa Pemán hasta el próximo 27 de abril.

Aparte de sus apariciones en prensa y revistas, El Roto ha publicado diversos libros y ha ejercido como guionista, escenógrafo, pintor e historietista.

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