Algeciras rinde tributo a la aportación al flamenco del investigador Luis Soler
La ciudad recupera tres años después el prestigioso reconocimiento de la Palma de Plata, que alcanza las 18 ediciones · La Politécnica acoge un emocionante acto que incluye varias actuaciones
Algeciras celebró anoche la mayoría de edad -18 ediciones- de la Palma de Plata de la mejor manera posible, justo con la recuperación del prestigioso reconocimiento flamenco, que se entregó por última vez en 2006. Con la organización de la Sociedad del Cante Grande y el apoyo de la Fundación de Cultura José Luis Cano, el salón de actos de la Politécnica, que no se llenó, asistió a la entrega del reconocimiento a un investigador del género, el flamencólogo Luis Soler Guevara.
Soler, malagueño aunque algecireño de adopción durante la mitad de su vida, recogió el premio con humildad. "Me siento muy contento pero comprendo que hay mucha gente que merece esta Palma de Plata antes que yo. Es la verdad. Este trofeo ha estado ligado fundamentalmente a los grandes artistas. Yo no soy artista y mucho menos grande. Que se trate mi afición y mi modesta contribución al flamenco en un plano de similitud me provoca un estado que se puede uno imaginar", aseguró el homenajeado.
La entrega de la Palma de Plata fue una velada flamenca, presentada por Manuel Martín y Onofre López y que incluyó varias actuaciones. Después de que los conductores del acto pidieran la primera ovación para Soler, arrancaron los cantes de la joven Saray, a la que siguieron Luis de Mateo y Canela de San Roque. Esta primera parte musical de la noche se desarrolló por espacio de algo más de hora y media y, a continuación, tras un breve descanso, llegó el gran momento de la jornada.
Subieron al escenario de la Politécnica Luis Soler -acompañado de su esposa, Isabel Aguilar-; el alcalde la ciudad, Tomás Herrera; la concejala de Cultura, Inmaculada Nieto; y el presidente de la Sociedad del Cante Grande, José Vargas.
El primer edil de la ciudad fue el encargado de entregar la Palma de Plata a Soler y la esposa de éste recogió un ramo de flores de manos de Nieto. "Yo le debo al flamenco bastante más de lo que yo he podido darle, muchísimo más", manifestó el investigador, autor de numerosos libros. "El flamenco para mí representa un trozo de mi cuerpo. Sin el flamenco mis días serían muy distintos. El flamenco es una música que no tiene precedentes en la historia de la humanidad", proclamó.
Otros colectivos también quisieron homenajear anoche a Soler. Fueron los casos de la Peña Enrique 'El Mellizo' de Cádiz y la Peña Los Cernícalos de Jerez, que estuvieron representadas en un acto que se cerró con la actuación del grupo flamenco El compás de Utrera y Morón.
"La mitad de mi vida la he vivido en Algeciras y esto crea raíces, voluntades, afinidades y recuerdos y un gran pozo de nostalgia", guiñó Soler a una ciudad que le acogió ayer con mucho cariño.
"El flamenco se encuentra en su mejor momento que nunca, en su conjunto, pero bien cierto es que se han perdido algunos jirones de los clásicos, de los orígenes y esto siempre perjudica al arte porque el arte no se hace de la noche a la mañana. Esto tiene cientos de años y muchos más de sufrimiento", manifestó un investigador al que se ha dedicado de manera monográfica un nuevo número de la revista Al-Yazirat. La publicación, por cierto, fue entregada anoche a todos los asistentes a la Politécnica.
Una noche para hacer relucir el nombre de Luis Soler y el del flamenco en general. "Yo no sé por qué el flamenco todavía no es patrimonio cultural de la humanidad", afirmó la Palma de Plata 2009. "El flamenco, como bien dice Félix Grande, ha ganado la guerra. A lo largo de su historia ha perdido muchas batallas y posiblemente alguna batalla más va a perder, entre ellas, ésta del patrimonio cultural de la humanidad. Ya hemos llamado varias veces a la puerta de la Unesco para que tenga a bien darle ese valor. Más tarde o más temprano el flamenco entrará por la puerta grande de esa institución".
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