En El Puerto de santa María las oficinas de farmacia trabajan para sustituir los medicamentos que están en falta por otros que se puedan dispensar y que ofrezcan a los pacientes una alternativa terapéutica válida para seguir recibiendo su tratamiento y garantizando su salud.

De alguna forma, cada mañana es una incógnita para los farmacéuticos, ya que es a la hora de revisar los pedidos que llegan de las cooperativas cuando se visualizan las faltas que pueda haber. A partir de ese momento, el profesional de la oficina de farmacia buscará una solución a la persona que llega a por un medicamento específico y se encuentra que está en falta. Pero esto no quiere decir ni mucho menos que el usuario se quede sin su tratamiento, sino que el farmacéutico deberá buscar dentro del arsenal terapéutico del que disponga una solución para que esa persona pueda seguir recibiendo su medicación o alguna que pueda sustituirla con plenas garantías. Aunque el fenómeno de los medicamentos en falta no es nuevo, desde hace unos meses se viene registrando con mayor frecuencia.

La situación es descrita por Nico García-Máiquez, farmacéutico y vocal de las Oficinas de Farmacia de la Provincia, como de “calma expectante”, ya que “se desconoce el posible desabastecimiento que puede llegar mañana, pero hay muchas alternativas para sustituir a un determinado medicamento por otro que tenga los mismos efectos”. En El Puerto, los farmacéuticos mantienen comunicación en un grupo de whatsapp, de manera que se puede decir que la ciudad funciona como una macro-farmacia, por lo que es más fácil encontrar una determinada medicina que pueda estar en falta en alguno de los lugares de dispensación.

Aunque los usuarios no se van quedar sin tratamiento, los problemas de abastecimiento están causando cierta preocupación, ya que el tema fue incluido en el orden del día del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacia, celebrado en Sevilla este lunes, al que pertenece García-Máiquez, donde se analizó la situación para conocer las peticiones que debe hacer la entidad a la industria y a las cooperativas farmacéuticas.    

Para los profesionales, lo más difícil ante el desabastecimiento es la gestión emocional del paciente, aunque las medicinas en falta acaban encontrándose y al menos en El Puerto se está resolviendo el problema, aunque sea con un medicamento sustituto que tenga el mismo principio activo que el que viene utilizando el usuario. “La situación es más molesta que preocupante”, resume García-Máiquez, “la gente no se está quedando sin medicamentos”, sino que se producen situaciones complejas de resolver y que suponen una mayor implicación de todo el colectivo sanitario, en especial de los propios farmacéuticos. También entre las administraciones y la farmacia “lo intentamos arreglar”, ya que “queremos que la gente esté tranquila, porque se ha creado cierta alarma social y aunque siempre ha habido desabastecimiento, han coincidido una serie de factores que hacen que las asociaciones de pacientes se preocupen más”.

En este sentido, se va a presentar por parte del Ministerio de Sanidad un proyecto de ley para favorecer la vuelta incluso de la elaboración artesanal de determinados medicamentos, es decir el regreso a las fórmulas magistrales por parte de las oficinas de farmacia.

Ante la situación de desabastecimiento de determinados medicamentos que se está registrando, que no obstante se está paliando con la dispensación de otros que tienen la misma molécula, los farmacéuticos ven como una posible solución tener más autonomía a la hora de sustituir una prescripción, para que el paciente no tenga que acudir al centro de salud a que le receten el medicamento alternativo y pueda ser el mismo profesional de la farmacia quien realice esa función. Con ello se conseguiría también aliviar la saturación que existe actualmente en los centros de salud.