El negocio de la marihuana hace años que va ganando peso entre los narcotraficantes de la provincia de Cádiz, sobre todo, en la comarca de la Sierra gaditana y en la campiña jerezana, donde en los últimos meses, incluso en plena pandemia, se han desmantelado numerosas plantaciones ilegales.

El pasado 14 de mayo, por ejemplo, la Guardia Civil desarticulaba en San Isidro del Guadalete, pedanía de Jerez, una macroplantación de marihuana que se había instalado en una explotación ganadera. Como consecuencia de la operación Tricoma, fueron incautadas más de 4.200 plantas y detenidas 10 personas presuntos responsables de la misma.

Días más tarde, el 27 de mayo, la Guardia Civil daba un golpea al cultivo de marihuana en Puerto Serrano durante el desarrollo de la denominada Operación Chulengo. Gracia a este dispositivo, cayó un red que operaba a gran escala. La Benemértia detuvo a 14 personas al mismo tiempo que descubrió 22 plantaciones que se habían instalado en un tramo de una calle de la localidad.

El principal objetivo de este operativo fue detener al cabecilla de la trama, que controlaba la mayoría de las plantaciones intervenidas y tenía a sueldo a varios vecinos policheros que ejercían de guardianes y cuidadores, bien en sus propios domicilios, bien en viviendas ocupadas a entidades bancarias.

Fruto de esta intervención, fueron aprehendidas alrededor de 5.500 plantas de marihuana, además de tres vehículos de alta gama, uno de ellos valorado en más de 70.000 euros, y un sinfín de elementos eléctricos necesarios para llevar a cabo estos cultivos indoor, como lámparas de gran potencia con sus acumuladores de corriente, ventiladores de pared, equipos de aire acondicionado, filtros de carbono para enmascarar el olor característico de estos cultivos, extractores de aire... 

En octubre de 2019, Setenil de la Bodegas fue el epicentro de una polémica, cuanto menos, curiosa. Lo que parecía una actividad llamativa y productiva que podía generar empleo a la población de la Sierra con el cultivo del cáñamo industrial para su uso medicinal, textil y cosmético se convirtió en todo un rompecabezas. Una plantación de cáñamo en la finca Dehesa del Pilar, en Setenil, con 24 hectáreas de terrenos dedicadas a este producto y considerada una de las más importante de España, fue precintada temporalmente por la Guardia Civil para investigar si esos cultivos superaban o no los límites permitidos de cannabinoides, también conocidos como THC.

El 16 de septiembre de 2019, la Guardia Civil de Cádiz desarticulaba cinco plantaciones de marihuana en la Sierra en una muestra más de la lucha que lleva a cabo la Benemérita contra esta práctica ilícita.

Cuatro de estas plantaciones estaban situadas en la localidad de Bornos, dos ubicadas en sendos patios de  viviendas del núcleo urbano, con 20 y 7 plantas de unos dos metros de altura, y otras dos en parcelas ubicadas en el extrarradio de la localidad, con 19 y 13 plantas de dos metros de altura, respectivamante.

Por otro lado, en la localidad de Puerto Serrano se intervino una quinta plantación tipo indoor, que se ubicaba en un domicilio de la calle Guadalete en la que se cultivaban 200 plantas, con todo tipo de material de ventilación, extracción y riego. 

La provincia de Cádiz se está convirtiendo en un importante punto de producción de marihuana, a lo que se suma la entrada de otras sustancias estupefacientes por vía marítima, sobre todo hachís, desde la zona del Estrecho y la desembocadura del Guadalquivir. 

La fiscal Antidroga en Andalucía, Ana Villagómez, alertó recientemente del incremento de plantaciones en todas las provincias andaluzas, si bien hizo especial hincapié en el caso de Granada, hasta el punto que se solicitó el nombramiento de un fiscal delegado allí para ese tema en concreto.