Los crímenes que sacudieron a la provincia de Cádiz en 2025
Las muertes del cuponero de Ubrique, del joven sevillano en El Puerto o de una mujer en Valdelagrana sobresalen en la crónica negra de estos últimos 12 meses
El incendio de Tarifa arrasa 300 hectáreas y la Junta sospecha que fue intencionado
La crónica negra de este 2025 que ahora acaba en la provincia ha tenido momentos dramáticos: crímenes, incendios, agresiones, accidentes fatales o redes corruptas en prisiones gaditanas son algunos de los más destacados en un territorio donde, pese a todo, bajan los índices de criminalidad.
Cádiz ha vivido varios crímenes durante estos 12 meses. Uno de los que más consternación creó fue la muerte, aún sin resolver, de Ambrosio, un invidente muy conocido en Ubrique, donde durante años vendió cupones de la ONCE y cuyo cuerpo sin vida apareció con más de medio centenar de puñaladas en su vivienda de Tavizna en la madrugada del 27 de septiembre.
La Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz sigue investigando un suceso que conmocionó a la Sierra, máxime cuando el padre de la víctima, de avanzada edad y enfermo, falleció al tener conocimiento del suceso.
Otro crimen de este 2025 tuvo lugar en otra pedanía gaditana, en esta ocasión en Zahora. Allí, el 31 de mayo, se localizó primero el cadáver de Eduardo Daza, un vecino de 57 años muy querido de la zona, con varios disparos de escopeta. Menos de 24 horas después la Guardia Civil encontró el cuerpo del presunto responsable de los disparos, José Luis Jiménez, quien, al verse acorralado por los agentes, se quitó la vida. Al parecer las disputas vecinales entre ambos venían de muy atrás. Todo podría haber empezado por el ruido que hacían los animales que Eduardo tenía en su chalet.
La muerte de un joven sevillano de 25 años en El Puerto de Santa María, el 26 de octubre, también arrojó ríos de tinta. En un principio se pensó que el fallecimiento se había debido a una caída accidental en el parque Calderón, aunque finalmente, tras la autopsia y ver las cámaras de seguridad, se detuvo a un hombre que, según la Policía, habría golpeado al joven en la cabeza con un palo para robarle varios objetos personales y su tarjeta bancaria, con la que trató de sacar dinero en una sucursal cercana.
El último crimen que ha sacudido a la provincia tuvo lugar el 23 de noviembre. En su chalet de Valdelagrana fue encontrada sin vida Mabel. Había sido estrangulada para robarle. La caja fuerte había sido abierta. Pocos días después la Policía detenía a dos hombres, un joven y su tío, que hacían trabajos para la mujer. El segundo de ellos, en permiso penitenciario, se fugó con su actual pareja y sus hijos a Portugal, pero finalmente ambos pudieron ser detenidos.
Además, el 22 de marzo se produjo un tiroteo entre clanes rivales en Rota que finalizó con la muerte de un joven de 26 años y con otra persona herida de gravedad tras recibir un tiro en el estómago. Tras el enfrentamiento entre los clanes conocidos como los Bustamantes y los Gallina, la Policía desplegó un dispositivo en el que fueron detenidas 15 personas por participar en la reyerta. El enfrentamiento tuvo lugar por un ajuste de cuentas motivado por un asunto relacionado con el narcotráfico, según comentaron fuentes policiales.
Incendios forestales
Pero sin duda el verano gaditano, en cuanto a sucesos, vino marcado por los incendios forestales que arrasaron con varios parajes de gran valor ecológico.
Tarifa se llevó la peor parte al sufrir dos incendios forestales significativos que obligaron a realizar evacuaciones masivas y calcinaron cerca de 600 hectáreas en total.
El primero ocurrió a principios de agosto, obligando al desalojo preventivo del Camping Torre de la Peña, hoteles y chiringuitos cercanos, así como a la evacuación de unas 5.000 personas y vehículos. Este fuego, que se sospecha fue provocado por una autocaravana, afectó a unas 283 hectáreas, principalmente entre los parques naturales del Estrecho y de la Sierra de Betis.
El segundo se declaró aproximadamente una semana después, a mediados de agosto, en el paraje de la Sierra de la Plata, cerca de Atlanterra y Zahara de los Atunes. Este incendio, avivado por el fuerte viento de levante y las altas temperaturas, obligó a desalojar a más de 2.000 personas de urbanizaciones, hoteles y playas.
Ambos incendios fueron finalmente extinguidos tras varios días de intenso trabajo por parte del Plan Infoca y otros servicios de emergencia. La principal hipótesis sobre el origen de los fuegos apunta a que fueron provocados.
Chiclana también sufrió varios incendios. El más importante se declaró el 1 de julio en la zona de la carretera del Molino Viejo obligó al desalojo preventivo de algunas viviendas y afectó a zonas de pastos y pinar, aunque fue rápidamente controlado por los bomberos.
Unos meses antes, concretamente el 14 de abril, Chiclana fue escenario de un lamentable accidente en el que una niña de 11 años murió después de que un joven, también menor de edad, perdiera el control de la motocicleta que conducía y la atropellara. En el suceso su hermana, de 14 años, resultó herida.
Por otro lado, en el mes de septiembre la Policía desarticuló una importante red dedicada a la introducción ilegal de teléfonos móviles y otras sustancias prohibidas en la prisión de Puerto II. Entre los cinco detenidos se encontraban dos funcionarios de prisiones y el médico del centro penitenciario.
También hubo 38 muertes en accidentes en las carreteras de la provincia y una persona perdió la vida tras ser corneada por un toro.
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