La ONU respalda el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental y renueva su misión
La ONU prorroga un año más su misión en el territorio mientras apoya la propuesta de autonomía marroquí y el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha renovado este viernes la Misión para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) por un período de un año más, hasta el 31 de octubre de 2026. La votación se ha saldado con 11 votos a favor y 3 abstenciones, mientras que Argelia ha decidido no participar en la misma. La resolución toma como base la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007, aunque también contempla la libre determinación del pueblo saharaui, en un intento por alcanzar una solución que sea "justa, duradera y mutuamente aceptable" para todas las partes implicadas.
El texto aprobado insta a las partes a entablar negociaciones "sin condiciones previas" y considera que "una autonomía genuina podría representar el resultado más factible" para resolver un conflicto que se arrastra desde hace más de cinco décadas. La resolución también acoge con beneplácito "cualquier sugerencia constructiva de las partes" como respuesta al plan marroquí, que fue respaldado en 2020 por la administración de Donald Trump, quien reconoció entonces la soberanía de Marruecos sobre este territorio, aunque Naciones Unidas sigue considerándolo un "territorio no autónomo" pendiente de descolonización.
El representante estadounidense, Michael Waltz, calificó la votación como "histórica" y afirmó que se ha logrado generar un impulso "en pro de una paz que se tenía que haber logrado mucho tiempo". Por su parte, el representante argelino explicó que su país no participó en la votación porque la resolución "no refleja de manera fidedigna la doctrina de Naciones Unidas en materia de descolonización", aunque reconoció que se han introducido "mejoras sustantivas" en el texto.
Las posiciones enfrentadas sobre el futuro del Sáhara Occidental
Las declaraciones de los distintos representantes en el Consejo de Seguridad han puesto de manifiesto que las posturas siguen muy alejadas respecto al futuro del territorio. Mientras Estados Unidos mantiene su apoyo firme a la propuesta marroquí, considerándola como la base para una solución definitiva, Argelia, principal respaldo internacional del Frente Polisario, critica que el texto "se queda muy corto respecto a las aspiraciones legítimas del pueblo saharaui".
El representante argelino, Amar Bendjama, no dudó en afirmar que el pueblo saharaui lleva "50 años practicando la resistencia para poder tener voz y voto sobre su propio destino". Por su parte, Fu Cong, representante de China, país que se abstuvo en la votación, expresó su esperanza de que se pueda lograr una solución política y subrayó que para ello la ONU debe ser "el principal canal" de negociación.
El representante francés, Jérôme Bonnafont, adoptó un tono más pragmático al señalar que "no se han de olvidar los riesgos que expone este conflicto a la población" local, sugiriendo la necesidad de alcanzar un acuerdo que ponga fin a décadas de incertidumbre en la región.
La MINURSO: más de tres décadas sin lograr su objetivo principal
La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) fue desplegada originalmente en 1991 como parte del llamado "Plan de Arreglo Inicial" aceptado por Marruecos y el Frente Polisario. El objetivo principal era organizar un referéndum que permitiera a la población saharaui decidir sobre el futuro estatus del territorio, una consulta que 34 años después sigue sin celebrarse.
Durante estas más de tres décadas, la situación en el terreno ha evolucionado considerablemente. En 2007, Marruecos presentó su propuesta de autonomía para el territorio, que no especifica con detalle cómo sería esa "región autónoma del Sáhara" más allá de que dispondría de competencias administrativas, judiciales y económicas propias. Este plan recibió un espaldarazo significativo en diciembre de 2020, cuando la administración de Donald Trump reconoció oficialmente la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, en una decisión que rompió con décadas de política estadounidense respecto a este conflicto.
Esta decisión se produjo en el marco del acuerdo por el que Marruecos estableció relaciones diplomáticas con Israel, lo que fue interpretado por muchos analistas como una concesión de Washington a Rabat a cambio de su normalización con el Estado judío. Desde entonces, la postura estadounidense no ha variado sustancialmente, a pesar del cambio de administración tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
El estancamiento diplomático en el conflicto del Sáhara
La renovación de la MINURSO por un año más pone de relieve el prolongado estancamiento diplomático en que se encuentra el conflicto. Desde 2019, cuando dimitió el anterior enviado personal del Secretario General para el Sáhara Occidental, Horst Köhler, los esfuerzos para retomar conversaciones directas entre las partes no han dado frutos significativos.
La actual resolución exhorta a las partes a entablar conversaciones "sin condiciones previas", pero las perspectivas de que esto suceda en el corto plazo parecen limitadas. El Frente Polisario mantiene su exigencia de un referéndum de autodeterminación que incluya la opción de la independencia, mientras que Marruecos insiste en que la única solución viable es la autonomía bajo soberanía marroquí.
Este nuevo mandato de la MINURSO supone, en la práctica, la continuidad de una misión que ha visto reducido su papel original de preparar un referéndum a funciones principalmente de supervisión del alto el fuego, que se rompió en noviembre de 2020 cuando el Frente Polisario declaró su fin tras un incidente en el paso fronterizo de Guerguerat.
¿Qué es el Sáhara Occidental?
El Sáhara Occidental es un territorio de aproximadamente 266.000 km² situado en el noroeste de África, bordeado por Marruecos al norte, Argelia al noreste, Mauritania al este y sur, y el océano Atlántico al oeste. Antigua colonia española conocida como Sáhara Español, España se retiró en 1975 tras los Acuerdos de Madrid, que dividieron el territorio entre Marruecos y Mauritania, aunque esta última renunció a sus reclamaciones en 1979.
Desde entonces, Marruecos controla aproximadamente el 80% del territorio, mientras que el Frente Polisario, que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1976, controla el 20% restante, principalmente en las zonas desérticas del este. La RASD ha sido reconocida por unos 80 países, aunque muchos han congelado o retirado ese reconocimiento en los últimos años.
El territorio es rico en recursos naturales, destacando los fosfatos y los bancos pesqueros de sus aguas territoriales, además de contar con potencial para la explotación de hidrocarburos. La población autóctona, los saharauis, de origen árabe-bereber, se estima en unas 500.000 personas, muchas de las cuales viven como refugiados en los campamentos de Tinduf, en el suroeste de Argelia.
¿Qué significa la propuesta de autonomía marroquí?
La propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007 contempla que el Sáhara Occidental se convertiría en una región con amplio autogobierno pero bajo soberanía marroquí. Según este plan, la región tendría su propio gobierno, parlamento y tribunales con competencias en ámbitos como la economía, educación, sanidad, cultura y medio ambiente.
Sin embargo, Marruecos mantendría el control sobre áreas consideradas estratégicas como las relaciones exteriores, defensa nacional y aspectos constitucionales y religiosos. Esta propuesta ha recibido el respaldo de países como Estados Unidos, Francia y España, que en 2022 modificó su posición histórica para apoyar el plan marroquí como "la base más seria, creíble y realista" para resolver el conflicto.
El Frente Polisario y su principal aliado, Argelia, rechazan esta propuesta por considerar que no garantiza el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y que busca legitimar la ocupación marroquí del territorio. Para ellos, la única solución aceptable pasa por la celebración del referéndum prometido por la ONU hace más de tres décadas, en el que los saharauis puedan elegir entre la independencia, la autonomía o la integración en Marruecos.
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