Crisis en Brasil

Lula lamenta que Bolsonaro no haya reconocido aún su derrota electoral

El mandatario brasileño, Lula da Silva, entre el vicepresidente del Senado, Veneziano Vital de Rêgo, y el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.

El mandatario brasileño, Lula da Silva, entre el vicepresidente del Senado, Veneziano Vital de Rêgo, y el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira. / Andre Borge (Efe)

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó este miércoles que su antecesor, Jair Bolsonaro, aún no haya reconocido su derrota en las elecciones de octubre, así como tampoco lo han hecho los miles de bolsonaristas que promovieron el domingo los asaltos a las sedes de los tres poderes.

"Lamentablemente el presidente que dejó el poder el 31 de diciembre no quiere reconocer la derrota. Aún hoy vi declaraciones suyas en que sigue sin reconocer la derrota", afirmó el mandatario en referencia a un vídeo que Bolsonaro publicó en sus redes sociales este miércoles, que después borró, con declaraciones de un elector poniendo en duda la fiabilidad de las urnas.

En un discurso que pronunció ante un grupo de parlamentarios, el líder progresista afirmó que los ataques contra las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo, perpetrados el pasado domingo por miles de simpatizantes de Bolsonaro, sólo pueden ser atribuido a grupos sin noción de la realidad.

"Sólo puedo considerar que se trata de un grupo de chiflados, de un grupo de personas con poco sentido del ridículo, porque ya presentaron recursos ante la Justicia, y la Justicia no sólo reafirmó el resultado de las urnas, condenó al partido que cuestionó las elecciones a pagar una cuantiosa multa", dijo.

En ese sentido, dijo que no le gustaría pensar que lo que los hechos ocurridos el domingo se trata de un intento de "golpe" de Estado orquestado. "No me gustaría pensar que lo que ocurrió fue un golpe. Tal vez fue algo menor, algo promovido por un grupo de chiflados que no aceptó que las elecciones terminaron y que no quiere aceptar que la urna electrónica es posiblemente el modelo electoral más perfecto del mundo", dijo.

Del mismo modo, afirmó que en pocos momentos de la historia republicana brasileña los resultados de las elecciones fueron cuestionados, especialmente desde que el país adoptó el sistema de votación electrónica.

Lula se impuso en la segunda vuelta de las presidenciales por menos de dos puntos porcentuales al líder ultraderechista, que durante toda la campaña electoral puso en duda la fiabilidad del sistema electrónico de votación de Brasil.

En su encuentro con los parlamentarios, Lula agradeció al Senado y a la Cámara baja por haber aprobado en tiempo récord el decreto por el que nombró a un interventor para asumir la seguridad en Brasilia tras los ataques del domingo, al parecer facilitados por omisiones de algunas autoridades. "Con este decreto estamos diciendo que hay que sancionar a quien no quiere respetar la ley y el orden democrático que tan difícilmente alcanzamos en 1989 (con la aprobación de la Constitución tras la dictadura militar)", dijo.

Una espiral de desinformación

Los expertos consultados por Efe coinciden en que uno de los detonantes del asalto a la democracia en Brasil es la campaña de desinformación promovida por el bolsonarismo durante los últimos años, destinada a deslegitimar a la oposición y acusarla de fraude electoral.

"Queremos el código" fue la consigna que protagonizó cánticos y pancartas durante el asalto de los seguidores del conservador a las sedes de los tres poderes en Brasil. Este lema hace referencia a la teoría alimentada por el bolsonarismo de que las urnas electrónicas fueron manipuladas y, por tanto, hubo fraude en las elecciones, lo que desencadenó, con el altavoz de las redes sociales, el ataque de miles de personas a los poderes del país, según coinciden los analistas.

El asalto fue "la punta de una espiral de desinformación promovida por el bolsonarismo y la ultraderecha en los últimos años”, señala Natália Leal, directora ejecutiva de la agencia de verificación brasileña Lupa, miembro de la Red Internacional de Verificación (IFCN, por sus siglas en inglés).

Desde la celebración de las elecciones, contenidos falsos en redes sociales han tratado de dibujar a Lula como un presidente ilegítimo, con mensajes que aseguraban que se había cometido fraude o que incluso su investidura fue una farsa.

Para alimentar esta idea, el bolsonarismo aseguró sin pruebas que los modelos de urnas electrónicas anteriores a 2020 no habían sido auditados, una afirmación desmentida por Efe Verifica, que, con anterioridad al asalto de este domingo, ya había explicado que todas las urnas pasaron por estrictos controles de seguridad. Precisamente, la consigna "Queremos el código" hacía referencia al código fuente de estas máquinas electrónicas.

Deslegitimar el sistema desde las redes sociales

Las sospechas sobre las urnas electrónicas "sigue la estela trazada en su día por Donald Trump, tratando de deslegitimar el proceso democrático aprovechando de forma sistemática las redes sociales", explica a Efe Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

La teoría del fraude electoral espoleó a los bolsonaristas hacia la desobediencia tras meses de campaña para desacreditar el sistema electoral brasileño, según Malamud, que recuerda que en 2018, con Bolsonaro ya como presidente de Brasil, sólo el 5% de la población brasileña creía que el sistema de votación podía "dar lugar a irregularidades", un porcentaje que se cuadruplicó en cuatro años hasta alcanzar el 20%.

En aquel entonces, hace cuatro años, los contenidos falsos que se difundieron por la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp jugaron un papel crucial para la radicalización del electorado y la victoria de Bolsonaro, como así constató Efe Verifica.

Este tipo de "teorías conspirativas", que se difunde a diario por aplicaciones de mensajería y redes sociales, han creado "una realidad paralela" en la que "parecen estar atrapados" los atacantes que asaltaron las instituciones brasileñas, argumenta Natália Leal, que señala las elecciones de 2018 como un punto de inflexión en la difusión de este tipo de contenidos.

A su juicio, la publicación de contenidos falsos "favorece las conexiones entre personas que, creyendo en informaciones falsas, se embarcan en un atentado terrorista" contra los tres poderes brasileños.

Apelar a las emociones

La directora ejecutiva de Lupa sostiene que si la desinformación acerca del resultado electoral ha tenido efecto entre el bolsonarismo es porque está alineada con las "creencias y deseos de estas personas".

"Hay que reconocer que la desinformación es emocional y relacional y que una información más cualificada o un formato viral no basta para desmentir un contenido si está en la línea de lo que piensa el lector", esgrime.

De hecho, al igual que ocurrió en el asalto al Capitolio de Estados Unidos, del que perfiles en redes sociales culparon a activistas de ultraizquierda infiltrados entre los seguidores de Trump, tras lo ocurrido en Brasil comenzaron a circular en redes mensajes que responsabilizaban a los seguidores de Lula de los ataques golpistas.

Asimismo, la agencia Lupa ha desmentido mensajes falsos que aseguraban que una anciana muriera por las supuestos malos tratos a los detenidos por el asalto o que un diputado del partido de Lula fue uno de los cabecillas de los ataques.

Por el momento, 727 personas continúan arrestadas y las autoridades brasileñas investigan lo ocurrido y si alguien financió los ataques.

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