El viento fue factor clave en el hundimiento del 'L'Atlantida' en Tarifa
El informe de Fomento sobre el siniestro de 2015 resalta el escaso margen de la dársena para las maniobras de los ferris rápidos
El viento de Levante fue uno de los factores que influyó en el accidente que se saldó en mayo de 2015 con el hundimiento del buque de avistamiento de cetáceos L'Atlantida en el puerto de Tarifa minutos después de haber sido golpeado por el ferry rápido Detroit Jet cuando el segundo efectuaba maniobras de atraque. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) del Ministerio de Fomento ha concluido el informe de este caso en el que también se resalta el escaso margen de error que permite, por sus reducidas dimensiones, la dársena del puerto tarifeño.
El siniestro se produjo en la mañana del 17 de mayo del año pasado cuando el ferry Detroit Jet, de la naviera Intershipping, abordó al catamarán de avistamiento de cetáceos L'Atlantida, que se encontraba atracado en el muelle del Sagrado Corazón. Como consecuencia del golpe, el buque recreativo sufrió una vía de agua que lo dejó semihundido hacia estribor.
El atestado que han elaborado los técnicos de Fomento resalta que en la jornada en la que se produjo el accidente soplaban ráfagas de viento de Levante de hasta 47 nudos y olas de 2,5 metros de altura. Ambos factores imposibilitaron que un práctico portuario embarcara en el ferry para prestar asistencia desde el puente de mando.
El relato de los acontecimientos elaborado con diversas fuentes y testimonios relata que el Detroit Jet comenzó la maniobra de ciaboga -un giro de 180 grados- para atracar conforme a lo previsto cuando comenzó a caer a estribor. En el intento de corregir esta deriva, el costado de estribor se acercó al muelle hasta golpear a la embarcación recreativa.
El informe concluye que el viento afectó a la maniobra por las características del buque (más ligero que los construidos en acero) pero también cuestiona que se autorizara el atraque del L'Atlantida en una zona de maniobra. A este factor meteorológico los responsables de la investigación añaden que la bocana del puerto apenas mide 100 metros y que dentro de la dársena existe "poco margen para el error". A las pocas horas de producirse el accidente, el puerto quedó cerrado a la navegación al arreciar el temporal de Levante.
Como consecuencia del siniestro, Fomento propuso a la Capitanía Marítima de Algeciras como recomendación de seguridad fijar por escrito el protocolo y las condiciones meteorológicas que deben registrarse para cerrar el puerto. Hasta entonces, según Fomento, existían unas pautas "no escritas".
Consultada al respecto, la Capitanía Marítima de Algeciras reseñó que ya ha dado cumplimiento a dicha recomendación, si bien puntualizó que existía y se mantiene una pauta de trabajo basada en previsiones meteorológicas oficiales e incluso el desplazamiento del capitán al puerto para evaluar la situación antes de proponer a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) el cierre de la dársena.
Para minimizar futuros incidentes, Fomento recomienda a la APBA que instale más anemómetros para medir las ráfagas de viento, dada la influencia que ejerce sobre el atraque de los buques rápidos de pasajeros en un puerto sometido a un constante trasiego de este tipo de buques.
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