La tripulación de Comarit suma cuatro meses de impago en Algeciras

La naviera marroquí mantiene buques atracados en Tánger, Francia y también en Almería a la espera de noticias. Los marineros sopesan sumar sus sueldos al embargo

Dos de los barcos de Comarit y Comanav, atracados en Isla Verde Exterior.
Dos de los barcos de Comarit y Comanav, atracados en Isla Verde Exterior.
A. Muñoz / Algeciras

14 de abril 2012 - 01:00

Las tripulaciones de los buques de Comarit y Comanav Ferry llevan ya cuatro meses sin cobrar sus salarios y con los barcos paralizados desde el 9 de enero en el puerto Bahía de Algeciras. El Ibn-Batouta, el Banasa, el Al-Mansour y el Boughaz continúan atracados con su centenar de tripulantes a bordo a la espera de noticias procedentes de Marruecos que afectan también a otros barcos en dificultades de la misma compañía en Francia, Almería y Tánger.

El coordinador de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), José Manuel Ortega, contó que durante este tiempo son muchos los rumores que han surgido sobre las maniobras que se llevarán a cabo para que la empresa pueda salir de la crisis económica en la que está sumida y pueda trabajar para la Operación Paso del Estrecho de este año.

A los problemas de Comarit se suma también IMTC, que durante esta semana tuvo que mantener su barco parado en Algeciras por un embargo, aunque ayer volvió a realizar sus rutas hacia Tánger.

"Hubo varias reuniones en Casablanca y en Rabat y desde el sindicato marroquí se promovió una campaña de solidaridad para pedir que el Gobierno de Marruecos mediara en el asunto, pero seguimos en lo mismo", explicó Ortega, que continúa en contacto con los tripulantes ofreciendo la ayuda de la ITF, tanto humanitaria si llegara el caso de necesitarse, como asesoría legal si decidieran denunciar a la compañía y sumarse a los embargos que ya pesan sobre los barcos para exigir sus sueldos.

En cuanto a la vida de los marineros en Algeciras, Ortega explicó que siguen recibiendo combustible a cuentagotas, como al principio, y que la empresa les envía dinero para que ellos compren comida. La tripulación cuya situación es más penosa es la del Ibn Batouta, al ser la más numerosa.

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