Nosotras podemos estibar
Las mujeres de Algeciras buscan su sitio en el muelle del puerto Bahía de Algeciras Bilbao, Barcelona, Valencia, Cádiz y Málaga ya tienen en sus filas
Generación tras generación, el trabajo del cuerpo de estibadores, junto a la apuesta de las compañías, de administraciones y de los empleados de ambas, ha logrado alzar al puerto Bahía de Algeciras hasta el primer puesto en España en tráfico de contenedores, a pisarle los talones a la cuarta dársena de Europa, y a los primeros puestos del panorama internacional en productividad. Ya hace años que ellas ocupan distintos puestos y ahora también quieren mover mercancías en el puerto de la Isla Verde. Raquel Saavedra es la mujer que ha dado un paso al frente por la igualdad: "Nosotras podemos estibar", afirmó.
Es prima, sobrina y hermana de estibadores, y su tío es José Luis Batugg Barragán, histórico portuario fallecido cuyo busto preside la plaza del Río de la Miel, al lado de la oficina de la Sociedad de Estiba y Desestiba del Puerto Bahía de Algeciras (SAGEP). "Yo trabajo en el puerto desde hace más de diez años porque siempre me ha gustado estar al lado del mar", contó Raquel, que explicó que en su círculo de conocidos del puerto siempre le dijeron que en la estiba no se admitían mujeres.
La cosa quedó ahí hasta ahora. "Yo creía que no había estibadoras en ningún puerto, pero me di cuenta de que no es así. Estuve informándome y vi que había por toda España y me pregunté que por qué aquí no", y dio el paso de abrir una comunidad en la red social Facebook que pronto cosechó apoyos en Algeciras, en la comarca y también entre el resto de estibadoras de otros muelles españoles. Por el momento, su página lleva más de 2.500 "me gusta" y cualquier publicación recibe decenas de comentarios de apoyo a su causa.
El hecho es que no son muy numerosas, pero sí que hay mujeres dedicadas a la estiba en los puertos españoles. En Cádiz hay una que trabaja como eventual desde hace unos años y en Málaga hay al menos cuatro. Fuera de la comunidad autónoma andaluza, Bilbao cuenta con mujeres en su sociedad de estiba, Barcelona tiene alrededor de medio centenar y el número más importante está en Valencia, donde son entre 150 y 160.
"Yo lo he hablado con compañeros y con amigos que tengo estibadores y siempre me han dicho que ni lo intentara, que más de uno quiso meter a sus hijas y no lo ha conseguido. Pero yo creo que debemos tener la oportunidad de elegir, igual que el hombre", defendió.
Su movimiento está en trámites de formalizarse con la creación de una asociación, que cuenta ya con unas 25 mujeres inscritas. Raquel está reuniéndose con distintas organizaciones y colectivos de la ciudad para tantear el terreno y recabar apoyos, aunque quiere dejar claro que no va con ninguna sigla. "Si tengo que ser el primer eslabón de esta cadena para que entren mujeres en la estiba, aunque no sea yo, me sentiré orgullosa", admitió.
El coordinador general del sindicato mayoritario en el sector, Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios, Antolín Goya, explicó que hay mujeres en los puertos desde hace siete u ocho años, aunque desde entonces prácticamente no hay nuevos ingresos, salvo en Algeciras, donde la situación es especial. Aquí, se hicieron fijos a 420 eventuales en 2010 y en el verano de 2013 se eligió una empresa de trabajo temporal para crear y gestionar una bolsa de eventuales compuesta por unas 350 personas. En total, en trabajan en el puerto como estibadores portuarios
"Nosotros no tenemos ninguna pega por la introducción de mujeres en la estiba, es un trabajo que tiene unas particularidades y riesgos iguales para hombres o para mujeres y no importa el sexo, si tienen la capacidad para hacerlo", declaró Goya.
Raquel reconoce que mujeres y hombres son diferentes físicamente, aunque hoy en día hay muchos puestos en una terminal de contenedores que perfectamente puede realizar una mujer y que, de hecho, hay estibadores de constitución débil. "Fuerza igual no tenemos, pero si hay que conducir un camión, lo podemos llevar o si hay que trabajar en altura, lo podemos hacer", contó Raquel. Sabe que está corriendo una carrera de fondo, y en el camino se está encontrando a quienes la alientan y quienes la desaniman. "Algunos me dicen que me estoy metiendo en un lío muy gordo, pero no estoy haciendo daño a nadie, sólo lucho por la igualdad", comentó.
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