Cuando la pesca tenía fuerza

Es curioso. Cuando la pesca era importante en la ciudad, los hombres de la mar tenían tanta fuerza o más de la que tienen otros sectores en la actualidad. Ahora se han cumplido 25 años del cierre que aplicó la flota de Algeciras al puerto, un bloqueo que forma parte de la historia de la ciudad que duró varias semanas por el hastío de los pescadores a las prohibiciones en las pesquerías que les daban de comer y por la falta de un acuerdo con Marruecos. Una acción de protesta que llegó a paralizar durante semanas los enlaces marítimos del Estrecho de Gibraltar, las operaciones para el tráfico de contenedores y que motivó una actuación de las fuerzas antidisturbios muy criticada, que incluso el Europa Sur de aquel día se atrevió a llamar guerra.

Lucas Martínez es uno de los veteranos del sector y uno de los pocos protagonistas de aquel bloqueo que quedan en activo en el muelle. A sus más de 70 años, su agenda la siguen marcando las necesidades de su barco, el Cabo Negro. Entre el encargo de un bote y otros mandados, atiende a este diario en la cofradía para recordar qué ocurrió y las causas que llevaron al sector a unirse para defender sus derechos.

"Yo estoy aquí desde los ocho años. Me acuerdo porque me quedé en tierra para hacer la Primera Comunión. Y mi hijo tiene su barco, que se lo he regalado yo. Y yo lo que he hecho ha sido trabajando, ya está, trabajando. Ahora, a ver, ¿qué quieres que te cuente?". Así se presentó el armador antes de comenzar a relatar que él participó tanto en el corte del tráfico en el Paseo Marítimo, aquella que acabó con la actuación de los antidisturbios, como en el bloqueo por mar, porque por entonces tenía dos barcos.

"Fue en la puerta del muelle, en las dos puertas, y allí estuvimos sentados. Entonces la Guardia Civil empezó a dar pistoletazos de goma y nos llevó corriendo pues desde aquí abajo hasta La Bajadilla, hasta La Bajadilla... Cogimos la calle Real para arriba y la escalerilla de la Plaza Alta y éramos un proyectil, porque vinieron, yo qué sé, 200 ó 300", introdujo, para después comenzar a hablar de las causas del bloqueo.

Explicó que el sector comenzó a pescar la aguja palá (pez espada) con redes porque era un arte que tenía poco gasto. "Trabajábamos 40 ó 50 barcos la mar de tranquilos. Se trabajaba con seis hombres, cuando a la amarraera (palangre) para pescar lo mismo necesitabas nueve o diez hombres, carnada que valía un dinero, mucho dinero, más gasoil, más comida, más de todo. Y en vez de venir, por ejemplo, a los ocho días, pues venías a los 16", dijo el pescador. Y con ellos, que tenían licencia para Marruecos, los propios marroquíes, que también usaban redes de malla a la deriva.

"Y así estuvimos un montón de años pescando y ganábamos todo el mundo dinero: el armador, el marinero... Todo el mundo. Y nos la prohibieron. Nosotros con la quijá colgada pasando hambre y los moros, como estaban solos, se ponían a transbordar en la misma lonja camiones de pescado con 15 toneladas, con 20... Para Alicante, para Murcia... Y abrías la puerta del camión y veías un montón de espadas de agujas. Y cargado, y tú sin poder pescarla, lo que has hecho toda tu vida", recordó el armador del Cabo Negro, aún indignado.

Hasta que se hartaron. "Lo más normal era que por aquí no pasaran. Que si querían pescar que lo hicieran en su país y que el pescado se lo llevaran por Francia, pero por aquí por delante nuestra, no. Y así fueron las cosas. Y desde entonces cada vez a menos, a menos y a menos. Que si ahora prohibimos estos, que si ahora yo no sé qué. Y se perdió la amarraera, aquí ya sólo queda mi hijo, y ya no podemos llegar a más, ya está todo perdido", lamentó.

Las crónicas cuentan que unos 70 pesqueros bloquearon el puerto por mar, y no sólo de Algeciras. Entre ellos, los dos de Lucas, el Paqui Marti y el Paquito Moreno, en los que resistió dos días sin comida. "Vinieron los de Barbate a traer suministros, que vinieron ahogándose en la mar por un temporal de Sur-Este, el más grande que yo haya visto", de hecho, un marinero gallego falleció en aquel trance por un golpe del temporal. Por aquel entonces estaba al frente de la cofradía Rafael Montoya, que sufrió un amago de infarto durante aquel trance, y de la Junta de Obras del puerto, José Arana, que llegó a presentar su dimisión en aquellos días de máxima tensión, con ceutíes y marroquíes atrapados en Algeciras sin poder viajar y la operativa de los contenedores bloqueada.

El 8 de marzo se movilizaron 15.000 personas en Algeciras en apoyo a los pescadores, cuando ya se anunciaba una comisión mixta CE-Marruecos, y el 13, toda la comarca secundó un paro. El día 14 comenzó la normalidad. Y un declive paulatino que lleva a la pesca a subsistir a duras penas. "Con los 45 millones de euros que se gastan ahora en el acuerdo actual más vale que compraran la flota de pesca de España en Marruecos. Porque no es por más trabajo, porque si se prohíbe todo, a ver qué hacemos", criticó.