La flota, en retirada
Unos 30 pesqueros de la comarca, 20 de ellos de Algeciras, van a ser desguazados ante la falta de rentabilidad que supone la faena
"El futuro de la pesca aquí no es muy halagüeño", empezó diciendo el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Algeciras, Francisco Soler. También se podría decir que está en un proceso de desaparición. Más de un 28% de la flota algecireña ha solicitado ya el desguace, en Tarifa y La Línea algunas embarcaciones ya esperan su paralización definitiva, otros no lo hacen porque no cumplen con los requisitos, en caso de no cambiar el panorama más barcos "se verán obligados" a tomar la misma decisión en los puertos del Campo de Gibraltar. Entre tantas adversidades, las cofradías siempre ponen la solución en manos de las administraciones públicas. "Nos tienen que cuidar y mimar a los que quedamos", dice el patrón mayor.
Actualmente, en el puerto pesquero de Algeciras hay aproximadamente setenta barcos de las pesquerías del atún, cerco, palangre de superficie y trasmallo. Unos veinte barcos ya han cursado la solicitud de desguace. En el puerto tarifeño la cofradía informó que siete pesqueros están a punto de ser desmantelados y otros seis ya lo han solicitado. En La Línea, con una pesquería más de tipo familiar, sólo son cuatro.
Esta situación la han provocado varios hechos y problemas que durante años se han ido acumulando.
Con el fin del acuerdo pesquero con Marruecos, en 1999, llegó el mal de la pesca en Algeciras. Soler recordó que en un día normal en el puerto pesquero algecireño podría haber unas dos mil personas atareadas y viviendo alrededor de la actividad pesquera entre el sector extractivo -los que pescan- y los no extractivos -talleres, fábrica de hielo, vendedores, lonja, entre otros-. "Ahora si ves a diez personas ya es raro", dijo. Por ello, cuando hace unos años se volvió a firmar el acuerdo "estábamos todos muy ilusionados". Ilusiones truncadas cuando vieron la gran cantidad de restricciones, las limitaciones de millas para faenar y unos caladeros esquilmados.
De trece buques que consiguieron licencias en Algeciras, sólo quedan cuatro "que lo pasan canuta para salir adelante". El resto de ellas han sido vendidas a otros puertos -que pueden sacar mayor rentabilidad- y perdidas para siempre.
Tanto en Tarifa como en Algeciras la pesquería del atún juega un papel muy importante y también está en problemas. Tanto el patrón mayor algecireño como el segundo de abordo de la Cofradía de Tarifa, Miguel Montano, coinciden en señalar la mala la situación de los atuneros. Las peticiones de ampliación de cuotas no sólo se están desoyendo en el Parlamento Europeo sino que además en el próximo reparto se va a reducir un 23% las cuotas actuales a cada barco. "Es una cifra preocupante teniendo en cuenta que ahora apenas se puede subsistir, si se le quita más estaría abocado al amarre definitivo", señaló Soler. "Con las nuevas cuotas no será rentable, los barcos así ni se mantienen", confirmó la situación, que es aún más grave si se tiene en cuenta que en Tarifa muchos de estos barcos han sido recientemente reconvertidos para esta modalidad de pesca y "con menos de cinco años no puedes desguazar".
Algunas modalidades de pesca corren el riesgo de desaparecer, incluso para siempre, ya que los fondos de pesca no se contemplan para nuevas construcciones. Ahora lo que se fomenta y se premia es el desguace, más que la construcción de barcos.
En Algeciras, el cerco, la pesca en la Bahía, va camino de la desaparición, "va a quedar como una pesca histórica". Actualmente son catorce los barcos que faenan en la Bahía, seis van a amarrar definitivamente. Ahora está sujeto a un plan de gestión con parada de tres meses, dos en 2009, pero el problema está en la falta de caladeros. Soler se queja de "las ampliaciones portuarias" que han ido reduciendo la zona de pesca. "Ahora en vez de a pescar parece que vamos a delinquir. Esos caladeros eran nuestros. No es justo", dice.
El palangre de superficie es otra en peligro de extinción. Cuando los caladeros marroquíes eran sinónimo de riqueza marítima hasta ochenta embarcaciones vivían de esta modalidad, ahora hay sólo siete y dos paralizarán definitivamente "y otros no amarran por que no cumplen los años necesarios para ello".
La flota campogibraltareña del voraz de Tarifa y Algeciras parará el próximo 29 de diciembre durante tres meses. Tal vez sea ésta una de las más rentables, al menos, de las que están mejor tratadas. La parada biológica supondrá que cada marinero reciba 1.130 euros y 3.000 a cada armador. Por esto, y porque según datos científicos lo necesita la especie, el patrón mayor de las flotas de Algeciras y Tarifa, Manuel Peinado, ha decidido que pedirán que este plan de gestión se amplíe a otros cinco años. Miguel Montano dice que la situación en la flota del voraz "no es tan mala, se está cogiendo pescado".
En La Línea, los marisqueros, gran mayoría, empiezan a notar un descenso de las capturas en sus caladeros. "Tenemos un tope de 400 kilos por embarcación y nos cuesta llegar a esa cantidad", comentó José María Rodríguez, patrón mayor de la cofradía linense. Unos 400 kilos de marisco supone 395 euros pero últimamente sólo uno o dos llegan a esa cantidad. Según Rodríguez, "no ha salido marisco, sólo hay crías, ni para el año que viene habrá marisco". Entre los problemas habla de los arrastreros de Estepona, "que están acabando con esto", y las dragas que escarban y eliminan caladeros. Otra preocupación es la indemnización por el cable de Telefónica, que, afirma, va a provocar que los pescadores se movilicen si siguen esperando.
Las resoluciones de paralización definitiva, según se va aportando la documentación que precisa, van llegando. Entonces se procede al desguace del barco y los marineros acceden a una prima individual siempre que estén sin embarcarse durante un año, sin ejercer la pesca. Cada paralización de un barco supone la pérdida de empleo a entre 2 y 10 tripulantes.
La esperanza, tras la liquidación que se está dando en la flota campogibraltareña y sobre todo de Algeciras, es que los que decidan quedarse puedan vivir mejor de esta actividad. Para Soler, "las administraciones tras esta atacada de desguace tienen que mimar más la flota pesquera artesanal, no poner tantas restricciones ni tantas inspecciones".
Con esperanzas dispares son todavía 180 barcos del Campo de Gibraltar los que mantienen esta tradición poco rentable.
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