Pongamos que un buque de trescientos o cuatrocientos metros de eslora llegado desde Abu Dhabi atraca en el Puerto de Algeciras y descarga varios miles contenedores y carga otros tantos antes de zapar. Operaciones de importación-exportación como esta se repiten a diario de manera sincronizada, componiendo un tetris gigante en el que cada movimiento está medido y ajustado a unos tiempos precisos. De lo contrario, el puzle se descuajaringa, los costes crecen de manera exponencial y los clientes empiezan a incomodarse. Y cuando un eslabón de la cadena falla más de la cuenta, el responsable de la calculadora en cada empresa arquea la ceja mosqueado y empieza de inmediato a buscar alternativas más eficientes para dejar sus contenedores en otros muelles, puede que en Tánger-Med, Valencia o Barcelon.

Una situación así volvió a describir ayer la Asociación de Transitarios, Expedidores Internacionales y Asimilados de la Bahía de Algeciras (Ateia-Oltra), quien denunció esperas de hasta 30 horas en el puerto algecireño a causa de los retrasos en el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF). Raúl Bernal, presidente de Ateia, advirtió que Algeciras, pese a los buenos datos del primer cuatrimestre del año, se enfrenta a un futuro incierto si no se corrige la situación.

"Nos reunimos hace meses con el Gobierno, le expusimos la situación y nos prometieron que iban a buscar soluciones, pero el PIF continúa sin contar con personal suficiente y su organización deja que desear", apuntó a esta redacción.

Bernal, cuya asociación aglutina a la mayoría de las empresas dedicadas a la logística, transporte y almacenaje y representación aduanera, reclama la creación de una bolsa de trabajo y la contratación temporal de interinos.