La almadraba de Tarifa captura unos 300 atunes en sus tres primeros días
Los pescadores abrieron la temporada con 117 ejemplares en la primera 'levantá'
La almadraba de Tarifa trabaja ya a pleno rendimiento con unos 300 atunes capturados en sus tres primeros días de actividad. La instalación comenzó a pescar ejemplares de atún rojo el pasado viernes 5, jornada en la que se izaron 117 peces en la primera levantá de la temporada; el sábado fueron capturados otros 66 y ayer se esperaba otra buena cifra de capturas para rozar en total los tres centenares de atunes gracias a las buenas condiciones del viento, según explicaron a este periódico desde la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP-51).
La de Tarifa ha sido la última de las tres almadrabas agrupadas en la OPP en iniciar el trabajo. Conil comenzó a pescar el 26 de abril y Zahara de los atunes el día 30. La cuarta almadraba de la provincia, la de Barbate, se rige por otra organización de productores y calendario de trabajo.
Las capturas se reparten prácticamente a la mitad entre destinos locales y Japón, aunque la exigencia de calidad es idéntica para el mercado interno y la exportación. La almadraba de Tarifa cuenta con una plantilla de unas 70 personas que comenzaron el trabajo en febrero con la preparación de todo el entramado de redes y mantendrán la actividad hasta agotar la cuota asignada dentro del plan de recuperación de la especie.
Las tres almadrabas de la OPP-51 tienen asignadas 794 toneladas de techo máximo de capturas, aunque la entidad está pendiente de adquirir un centenar de toneladas extra a otras flotas que permitirían estirar la campaña unos días más.
Una de las principales novedades en la campaña se encuentra en el método empleado para dar muerte a los atunes. Hasta ahora eran los copejadores quienes se lanzaban a la piscina (la red) y los ejemplares se izaban al barco aún vivos, siendo sacrificados con una cuchillada sobre la cubierta.
Desde este año son los buzos quienes dan muerte a los ejemplares antes de que salgan del agua utilizando una lupara. Los buzos -en Tarifa hay cinco- disparan una carga con este arma de forma que el animal sufre menos estrés antes de morir, lo que repercute en una mejor calidad de la carne dado que bajo situaciones de presión el atún genera ácido láctico que empeora la calidad del producto. Fuentes laborales de la almadraba tarifeña aseguran que el sistema supone mayor riesgo de ser golpeados por un ejemplar moribundo, mientras que desde la almadraba sostuvieron que el nivel de riesgo es similar al del sistema anterior.
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