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Maersk Line gestiona su mundo desde el Estrecho

  • Idea y aplica en las Torres de Hércules un modelo de trabajo en común para Algeciras, Tánger y para la naviera El 'Hub Partnership' ofrece ya grandes beneficios al grupo

Desde las plantas 18 y 19 de las Torres de Hércules se controla el mundo. Sí, es una frase bastante pretenciosa pero en Los Barrios, con las grúas de APM Terminals Algeciras a la vista -y las de Tánger con prismáticos en un día de Poniente-, tiene su sede la mayor naviera por capacidad de su flota, Maersk Line. Desde aquella oficina situada a ras del cielo la compañía gestiona los flujos marítimos desde el Canal de Suez hasta el norte de Europa. Y allí también se ha gestado una exitosa filosofía del negocio aplicado al Estrecho de Gibraltar que ha permitido aumentar un 20% la capacidad de las terminales de Algeciras y de Tánger, sin inversiones. Esta concepción del negocio se llama Hub Partnership y, debido a su éxito, ya se está implantando en Tanjung Pelepas, en Singapur y en el puerto de Róterdam.

El nuevo concepto del Hub Partnership combina dos ideas: tecnología y compañerismo entre empresas del mismo grupo para gestionar el 35% del volumen de carga anual que transporta Maersk Line, que es el que cruza este canal entre Europa y África. "Hace tres años, la terminal y la naviera tenían intereses diferentes. El de la terminal era mover más al menor coste y el de la naviera que se hicieran operaciones lo más rápido posible", contó Alberto Fernández, de Maersk Line. Ahora, el objetivo es común y el resultado redunda en un ahorro que se cuenta en millones y en un aumento de la eficiencia y de la seguridad.

La magia surge de la torre B de uno los edificios más altos de Andalucía, donde se ubica el South Europe Liner Operation Cluster (SEULOC). Los nueve relojes con las horas de los centros de operaciones de la naviera danesa dan cuenta del tiempo de trabajo en común del personal de las terminales de Algeciras, de Tánger y de Maersk Line para tomar durante las 24 horas, los siete días de la semana, las decisiones que se ejecutan a pie de muelle. Y el resultado es espectacular.

"Ahora tenemos intereses comunes que van en beneficio de las dos partes, tanto de la terminal como de la línea. Así, sin necesidad de inversiones, hemos pasado de 38.000 movimientos a la semana, a 52.000 que ya se han llegado a hacer. Y la media está entre 48.000 y 50.000 como mínimo y con los mismos recursos. Es una excelente muestra de aprovechamiento de recursos y eficiencia operativa y que, además, ha supuesto una mejora en seguridad", añadió Fernández.

La idea, en principio, es simple: quienes toman las decisiones de las dos compañías trabajan juntos, codo con codo, en el mismo espacio, con la misma información y con los mismos objetivos. Para ello, también en Los Barrios, desde la planta 19 y con gente de aquí se construyó la base tecnológica del nuevo modelo. Coms se entrevistó con todas las partes y diseñó softwares comunes para el Hub Partnership de APM Terminals y de Maersk Line que facilitaran la misma información a todos para el análisis de los distintos factores que intervienen en el establecimiento de prioridades y en la toma de decisiones que, al final, está redundando en la eficiencia de los recursos.

"Antes, todos los barcos eran prioritarios para la naviera y ésta quería que se operaran lo más rápido posible. Ahora evaluamos cómo viene el barco, cómo va a salir y qué va a hacer después", explicó Silvia Barroso, del departamento financiero, cuyo objetivo es que las decisiones que se tomen permitan llegar a los objetivos planteados. Para ello, ella y todos los que allí trabajan cuentan con una herramienta que, a simple vista de la planificación del berthing, por ejemplo, permite conocer cuánto más costaría en términos de búnker la escala de un buque debido a un retraso. Unas horas suponen miles de dólares que, multiplicadas por el número de buques que operan en las terminales del Estrecho, permiten imaginar el ahorro.

"Por ejemplo, si un barco lleva contenedores vacíos tiene menos prioridad que otro con llenos o con frigoríficos. Y si tiene una fecha de llegada y vemos que ha habido un retraso en la operativa de otro, le decimos que aminore. A la línea le da igual que llegue antes porque al final la espera le costará dinero y así el gasto en combustible será menor", explicó Emilio Checa, de APM Terminals.

Y lo mejor es que cada contingencia se arregla con una simple conversación cara a cara. Antes, los correos electrónicos, las llamadas y la falta de información entre unos y otros hacían el proceso mucho más largo y costoso. "Por ejemplo, para un transbordo de buque a buque había que esperar seis horas tras descargar el contenedor de un barco. Ahora, se hace prácticamente de muelle a muelle", indicó Fernández.

Checa decide cada mañana junto a sus compañeros de Maersk Line y de APM Terminals cuántas manos de estibadores harán falta al día siguiente. Lo hacen por videoconferencia con la terminal, donde se ejecutarán sus decisiones. Los compañeros de Tánger también lo hacen desde las Torres de Hércules, como parte del Hub Partnership, en función de las decisiones tomadas en común y de la planificación realizada.

La evolución de este sistema ha hecho que el concepto de competencia entre las orillas del Estrecho haya quedado obsoleto. De hecho, Algeciras y Tánger se llaman ahora APM Terminals West-Med. "Para el transbordo es fundamental la estabilidad y la eficiencia. Las dos terminales funcionan como uno porque el 70 u el 80% de los barcos que llegan allí lo hacen aquí también. No tiene sentido desviar barcos a otras terminales si tenemos recursos suficientes aquí", indicó Fernández. La reducción de costes por el uso de otras terminales, por ejemplo, ha sido millonario. Y tal es su éxito que desde Algeciras ya se está exportando a otros hubs del grupo Maersk.

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