Maritimas

Fareros modernos, técnicos de señales

  • Cinco hombres, los que componen la Unidad de Ayuda a la Navegación de la Autoridad Portuaria, cuidan de los cuatro faros operativos del Campo de Gibraltar · Electricistas e informáticos componen el cuerpo

Los fareros modernos se llaman ahora técnicos de sistemas de ayuda a la navegación. En el Campo de Gibraltar son cinco las personas que cuidan de que las luces que sirven de punto de referencia para salientes en la costa o la entrada a puerto brillen cada noche. Ángel Fillol, Francisco Miranda, Juan Carlos Vázquez y Germán Gamarro forman la Unidad de Ayuda a la Navegación, un equipo formado a raíz de la reforma de la Ley de Puertos del 92, que incorporaba al cuerpo de fareros a las Autoridades Portuarias, concretamente al departamento de Operaciones Marítimas.

La figura del hombre que vivía en una casa a los pies del faro casi se ha perdido en el sur de España. Casi, porque bajo la linterna de Punta Carnero en Algeciras aún vive el responsable de la unidad, Ángel. Hoy en día, el responsable, el jefe y los tres técnicos se encuentran cada mañana en la central, situada en el puerto –desde donde se controlan los cuatro faros activos que hay en San Roque, Algeciras y Tarifa, más unas 30 balizas y otras 20 boyas–. Allí asignan tareas y se desplazan a los puntos que sean necesarios.

La vida del farero tradicional, anclada en las costas rocosas por la lejanía de los núcleos se ha perdido. Hoy, los técnicos son titulados en informática o en electricidad que han debido aprobar una oposición para cuidar de los faros. Lo que no se ha perdido es el gran valor histórico de las torres sobre las que se señala la costa. Todos los faros activos del Campo de Gibraltar están catalogados como Bienes de Interés Cultural (BIC), y su fisonomía está protegida, por lo que las labores de mantenimiento deben cuidar siempre su imagen.

Cada faro es diferente. Así lo explica el técnico algecireño Francisco Miranda. Subir hasta la linterna del faro de Punta Carnero puede asemejarse a la sensación de subir al torreón de un castillo muy antiguo. Una estrecha escalera de caracol de piedra arenisca de color amarillo, por la que cabe sólo una persona y una posterior escala de metal llevan hasta la bombilla alógena de 1.000 vatios que destella cada noche,  situada a 19 metros de altura, encendida por un reloj astronómico y ampliada por una óptica tan potente que hace que el haz de luz se pueda ver desde 16 millas náuticas, más allá de la otra orilla del Estrecho. Desde arriba, el Peñón a la izquierda y Getares a la derecha, unas vistas  únicas de las que normalmente sólo disfrutan los fareros.

La instalación ahora es eléctrica, pero Miranda conoce la historia de sus faros y explica que, al principio, el de Punta Carnero funcionaba con aceite de colza, luego con petróleo, más tarde con electrogás  hasta llegar a la era actual. La linterna del faro algecireño tiene una zona roja translúcida, llamada sector rojo, que sirve para señalar a los barcos el bajo de la Perla.

Algo que no se ve en Algeciras es la luz rotatoria que aún se percibe, por ejemplo, en Málaga desde la playa de la Malagueta. Miranda contó que la razón es que la finalidad de los faros es que el destello se vea desde el mar, no desde tierra. Así, el efecto de las rotaciones se logra de igual forma con intermitencias de la bombilla, de esta manera alumbra el faro de Punta Carnero.

En Tarifa, el faro de la Isla de las Palomas es más potente. Construido sobre una torre del siglo XVI, el técnico cuenta que la óptica es tan grande que se puede entrar en ella para realizar las labores de mantenimiento necesarias. Está equipado con estación diferencial de GPS, balizas de radar, sirena y nodos de comunicaciones, todo ello en el enclave más al sur de europa, al que no es fácil acceder ya que comparten isla con el Centro de Internamiento de Extranjeros y con los locales para estudios de migraciones de aves del colectivo ornitológico Migres.

Torrecarbonera en San Roque y Punta Camarinal en Tarifa son los otros dos faros que cuida la Unidad de Ayuda a la Navegación. De día y de noche, un retén se queda de guardia para evitar que las luces que guían a los barcos se apaguen.

Cuatro faros que, casi de manera anual, reciben algún repaso de mantenimiento. Cuatro, aunque hace tiempo fueron cinco. Dentro del recinto portuario de Algeciras está el faro de Isla Verde, una torre poligonal de cantería con una altura de nueve metros sobre el terreno que fue inaugurada como faro en 1864 y que, en la actualidad, ha quedado inutilizado y reemplazado por balizas.

El equipo de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras es de reconocido prestigio. En marzo de 2008, tras dos auditorías, la Unidad de Ayuda a la Navegación recibió el certificado de calidad conforme a la norma ISO 9001:2000 por su buena gestión. El reconocimiento a un equipo de dilatada experiencia que guía a los miles de barcos que cada año navegan por el Estrecho.

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