La Bahía de Algeciras cumple un año sin accidentes marítimos severos

No se puede hablar muy alto para no tentar a la suerte, pero la próxima semana hará un año del último accidente marítimo de relevancia ocurrido en la Bahía de Algeciras y el Estrecho de Gibraltar. Ese último fue el abordaje entre el ferry Milenium Dos y el granelero New Glory, ocurrido el 13 de enero de 2012 a cinco millas de Ceuta.

Lejos quedan los tiempos en los que la frecuencia de sucesos de este tipo alarmaba a la población con más frecuencia, aunque también es cierto que durante este ejercicio, la aparición de temporales y condiciones climatológicas adversas, un factor de riesgo en la actividad industrial en la bahía, tampoco ha sido habitual.

Desde el choque del ferry y el granelero por una falta de vigilancia eficaz del buque de pasajeros y la reacción tardía del mercante, no ha habido grandes problemas en las aguas que rodean el Campo de Gibraltar. Sólo en junio, el Gobierno de Gibraltar informó sobre "un derrame de petróleo de menor importancia" en la zona de Poniente durante una operación de bunkering.

Desde entonces, la mayor parte de las tareas de Salvamento Marítimo en la zona se ha dedicado más a la salvaguarda de la vida humana en el mar con los tristes episodios de inmigración irregular que a la limpieza de los restos oleosos que suele dejar tanto en el mar como posteriormente en tierra un suceso de este tipo.

En este año tranquilo en cuanto a sucesos marítimo portuarios, la atención sobre este tipo de infortunios se ha desplazado a otras zonas del litoral español. Hace apenas unas semanas, el buque María de Maeztu de Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Fomento, tuvo que remolcar el buque de bandera de Reino Unido Beaumont tras vararse de madrugada al norte de la playa de Xagó (Avilés) con seis personas a bordo que no precisaron evacuación.

Entre el resto de sucesos que tuvieron como protagonistas pesqueros y barcos de recreo destacan las varadas del Celia y el BSLE Sunrise en la playa del Saler, en Valencia, en septiembre. El día 28 por la noche, los dos buques, que estaban en el fondeadero de Valencia, garrearon a causa de fuerte viento del Noreste de 60 nudos y la fuerte marejada hasta varar frente a la playa, en una imagen que recordaba a las del Rhea en El Rinconcillo o el Sierra Nava en Getares.

Casi un mes más tarde, uno de esos buques, el Celia, fue reflotado y trasladado al puerto de Valencia. El BSLE Sunrise tardó ocho días más. Situaciones que este año han dado un respiro a la Bahía de Algeciras y al sistema de separación del tráfico marítimo más transitado de España.