Revienta una tubería en pleno centro de La Línea y deja un lodazal tras inundar la calle Clavel
El reventón, segundo en menos de dos semanas, obliga a cortar el suministro hasta las 21:00 y deja atrapado a un vecino en silla de ruedas
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La Línea/Una nueva rotura de una tubería de agua potable ha vuelto a poner en evidencia este domingo la fragilidad de la red de abastecimiento en La Línea de la Concepción. El incidente, ocurrido en la céntrica calle Clavel, en su confluencia con la calle Jardines, provocó una gran fuga de agua que convirtió la calzada y las aceras en una auténtica piscina.
Arcgisa y Aqualia han confirmado que, como consecuencia de la rotura, se ha suspendido el suministro de agua en la calle Jardines —entre Clavel y Menéndez Pelayo— y en los bloques de pisos militares cercanos. El corte comenzó a las 9:00 y, salvo nuevas incidencias, no se prevé que el servicio se restablezca antes de las 21:00. Las empresas han pedido disculpas por las molestias.
Una infraestructura obsoleta y saturada
La empresa concesionaria del servicio, Aqualia, se desplazó de inmediato hasta el lugar para iniciar las labores de reparación. Como primera medida, cortó el suministro en la zona, lo que ha dejado sin agua a varias viviendas. Con el paso de las horas, el enorme charco ha desaparecido, pero en su lugar ha quedado un lodazal que ha obligado a cerrar un tramo de la vía al tráfico.
Uno de los momentos más delicados de la mañana se produjo cuando un usuario de una silla de ruedas eléctrica quedó atrapado en el barro acumulado en plena calle. Afortunadamente, pudo ser auxiliado por varios vecinos, que lo ayudaron a salir del fango.
La indignación entre los residentes no ha tardado en aflorar. Hace apenas once días, el pasado 30 de abril, se produjo otra rotura similar en la misma zona, afectando entonces al tramo entre las calles Clavel, Las Flores y Granada. Muchos vecinos consideran que estos reventones son la prueba evidente del deterioro de una infraestructura obsoleta y saturada.
Este nuevo episodio pone de relieve un problema que, lejos de ser anecdótico, se repite cada vez con más frecuencia. La red de abastecimiento de agua potable en La Línea arrastra desde hace años un grave problema de envejecimiento. Muchas tuberías fueron instaladas hace décadas y no han sido sustituidas, lo que, unido al crecimiento urbano y a fenómenos como las lluvias intensas o las sequías prolongadas, incrementa el riesgo de averías.
A ello se suman las condiciones del firme en muchas calles, donde el tráfico y la falta de mantenimiento contribuyen al deterioro de las conducciones subterráneas. Cada rotura no solo compromete el suministro de un recurso esencial, sino que también genera importantes costes económicos para el Ayuntamiento y molestias para los ciudadanos.
Desde diversos sectores se reclama un plan integral de renovación de la red, con diagnóstico técnico, inversión en tecnología de prevención y un programa regular de mantenimiento. Mientras tanto, los vecinos siguen afrontando cortes, barro y escapes como el de este domingo, cada vez más frecuentes y más difíciles de justificar.
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