Los propietarios de las heladerías Monerris estudian vender sus establecimientos
Los socios principales se jubilan y el consejo de administración de la empresa se plantea esta opción
Las heladerías Monerris son célebres en La Línea de la Concepción ya que llevan haciendo disfrutar a los linenses desde 1926. Para estar ubicadas en un municipio que este año cumplirá 141 años, no está nada mal.
En la memoria colectiva de los linenses se encuentran las dos cafeterías que los propietarios tienen en la ciudad, una situada en la calle San Pablo y otra en plena calle Real. Todos los ciudadanos, turistas, grandes y pequeños se han tomado alguna vez un rico helado de Monerris pero eso podría cambiar próximamente.
La familia está pensando en vender el negocio a raíz de la jubilación de los tres socios principales. De momento el tema está siendo tratado por el consejo de administración de la empresa.
El destino de los locales que ahora ocupan las heladerías Monerris todavía es un misterio. Eso dependerá de los nuevos dueños, si es que finalmente se produce la venta, que serán los que decidan si continúan vendiendo cafés y helados a los linenses o poner a disposición de los consumidores otro tipo de negocio.
Esta saga de heladeros comenzó con Antonio Monerris, fundador, a principios de siglo XX de unas heladerías que ha hecho historia en La Línea y que se convertirían con el tiempo en unos de los establecimientos más emblemáticos del municipio.
Antes de abrir el primer local, Antonio Monerris vendía helados en un carrito con el ofrecía tres variedades. Los años le han dado a esta familia un sitio destacado entre los hosteleros del municipio y a los linenses multitud de sabores y combinaciones posibles.
Helados artesanales que se deshacen en el paladar, colores y sabores variados que refrescan, alimentan y sobre todo alegran un poquito la vida, al menos mientras el cucurucho o la tarrina estén llenos. Toda una tradición, que será una lástima que se pierda si finalmente se vende el negocio.
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