El naufragio del 'Genovese'

A través del tiempo

1894. El 28 de marzo de naufragó en Punta Mala el vapor inglés 'Genovese', que encalló por efecto del temporal reinante entre Torre Nueva y Carbonera

El naufragio del 'Genovese'
El naufragio del 'Genovese'
Luis Javier Traverso

27 de marzo 2016 - 01:00

HACE unos domingos, en el artículo sobre la Sociedad de Salvamento en la Atunara, comentaba sobre la gran cantidad de naufragios que ocurrían en nuestra bahía, pues en el Diario de La Línea del miércoles 28 de marzo de 1894 se puede leer el naufragio del vapor inglés Genovese, el cual os transcribo aquí.

El naufragio de anoche

En la noche de ayer (día 28) y aproximadamente a las doce y media, el vapor inglés Genovese, procedente de Palermo y con destino a Liverpool, encalló, por efecto del temporal reinante, en el sitio conocido por Punta Mala, entre Torre Nueva y Carbonera. En el momento de ocurrir la varadura, comenzaron desde el vapor a hacer señales en demanda de auxilios, sin que estos pudieran prestársela dada la carencia de medios para ello y lo horriblemente oscuro y tempestuoso de la noche.

Los infelices que a bordo se encontraban tuvieron que pasar la noche en horrible ansiedad y azotados continuamente por el furioso embate de las olas y el empuje del huracán y la lluvia, esperando de un momento a otro sumergirse irremisiblemente con el buque en aquel mar embravecido. Afortunadamente, la deseada claridad del día llegó, y con el nuevo día los auxilios para aquellos desgraciados que extenuados y ateridos de frío ya se encontraban casi sin fuerzas para resistir más tiempo aquella horrible situación.

En el bote salvavidas de Gibraltar fueron recogidos todos y conducidos sanos y salvos a tierra, a excepción de un infeliz cocinero que al saltar del vapor al bote lo hizo con tan mala fortuna que vino a dar con la cabeza en la borda, cayendo al agua, de donde fue recogido ya cadáver. El capitán del buque, según nos dicen, sufrió una fuerte contusión en un brazo estando aún a bordo, durante la noche. En el vapor venía una señora y un niño que fueron llevados a tierra sin novedad y provistos de ropas y asistidos cuidadosamente, como asimismo los demás náufragos.

Ayudaron de una forma eficaz al salvamento de aquellos desgraciados el digno capitán de Carabineros de esta Villa y la valerosa fuerza de dicho instituto que presta sus servicios en aquel punto, siendo secundados en su esforzada y benéfica tarea por fuerzas de la Guardia Civil y los guardias municipales Baltasar Gordillo, Juan Fernández y Francisco Yegua. Todas han rivalizado en actos de arrojo y los placeres y alabanzas que con tal motivo se les prodigue son unánimes y merecidos. Nosotros enviamos nuestro parabién a tan esforzados y nobles individuos que con exposición de sus vidas han contribuido al salvamento de la tripulación del buque náufrago, así como también a los tripulantes del bote salvavidas de Gibraltar que han dado pruebas de pericia y arrojo en la difícil y noble tarea realizada.

Llamamos la atención de quienes corresponda, para que tanto unos como otros obtengan la recompensa a que se han hecho acreedores. Toda la tripulación, la señora y el niño que ya hemos mencionado, se han trasladado a Gibraltar. El cadáver del desgraciado cocinero ha sido llevado al depósito del cementerio, donde mañana le será practicada la autopsia.

En el lugar del siniestro se personaron el señor alcalde de esta Villa, don Agustín Acedo del Olmo; el fiscal municipal, don Ricardo Ruiz Cuadro, el médico titular, el señor Quiñones; el señor teniente de la Guardia Civil de este puesto, comandante de Infantería señor Elías; el cabo de la fuerza municipal, el señor Plomé, e infinidad de vecinos de esta población, entre los que se contaba el señor Corona, tan valeroso como siempre en prestar ayuda. Custodiando la parte de la costa donde ha ocurrido el naufragio, han quedado fuerzas de Carabineros, Guardia Civil, y Municipal, pues el buque conduce caudales de alguna importancia.

Hoy, como siempre que han ocurrido análogas catástrofes, se ha dejado de sentir la necesidad del establecimiento del bote salvavidas en las playas de Levante, donde tan frecuentes son los temporales. Afortunadamente dicho establecimiento es ya un hecho. La subasta de la construcción de la caseta para depósito del bote ya ha sido adjudicada, y en la próxima semana comenzarán los trabajos que han de ser muy breves. Mañana seguiremos comunicando a nuestros abonados los nuevos detalles del siniestro que vayamos pudiendo adquirir, para satisfacer la natural y justa ansiedad que siempre producen tales tristes acontecimientos.

El naufragio de ayer

En la mañana de hoy retiráronse del lugar del siniestro las fuerzas que durante la noche anterior estuvieron custodiando la playa para evitar cualquier desmán que fácilmente hubiera podido ocurrir. No se ha observado, afortunadamente, novedad alguna, y ya se ha hecho cargo del buque y su cargamento la Sociedad de Seguros, en que estaba inscrito, y habiendo amainado el temporal se está procediendo a extraer del vapor la carga que conducía, transportándola a Gibraltar en barcazas apropiadas al objeto. Los náufragos salvados continúan en Gibraltar alojados convenientemente, sin que ninguno de ellos, según nos dicen, haya sufrido trastornos en su salud que en tales circunstancias eran de temer.

A causa de la precipitación con la que ayer escribimos el relato del naufragio, al anunciar las autoridades que acudieron al lugar del siniestro, omitimos involuntariamente consignar al digno y celoso juez municipal, nuestro querido amigo don Manuel Vegazo Olmedo, quien fue uno de los primeros en personarse en dicho sitio, dictando oportunas medidas y ordenando el levantamiento del cadáver del infeliz cocinero víctima del siniestro. Sentimos haber incurrido en semejante omisión, que hoy nos apresuramos a subsanar haciendo constar lo que anteriormente hemos expresado.

stats