De La Línea a Seúl: la historia de Alba Téllez, la linense que triunfa en el corazón del entretenimiento coreano

Compagina su vida como actriz, modelo y creadora de contenido en Corea del Sur sin olvidar sus raíces en La Línea, donde siempre intenta volver al menos una vez al año

Alba Téllez durante una entrevista en su programa (los subtítulos significan risas en coreano).
Alba Téllez durante una entrevista en su programa (los subtítulos significan risas en coreano). / E.S.

Vivir a 10.500 kilómetros de distancia no ha borrado el acento ni la esencia de Alba Téllez. Linense de nacimiento, vecina del centro —cerca del mítico gimnasio Seúl Gym que regenta su familia—, lleva cuatro años instalada en Seúl, la vibrante capital de Corea del Sur. Allí, donde la industria del entretenimiento nunca duerme, se ha abierto paso como creadora de contenido, actriz y modelo.

Su relación con Corea comenzó mucho antes de mudarse definitivamente. “La primera vez vine en 2014. He llegado a venir unas siete veces antes de instalarme”, cuenta. Los motivos iniciales no fueron ni el k-pop ni las series coreanas, sino el taekwondo, un arte marcial que forma parte de su vida desde la infancia: su padre es su maestro (de ahí el gimnasio linense) y ella llegó a ser miembro de la selección nacional española.

Alba y su hermano, haciendo taekwondo.
Alba y su hermano, haciendo taekwondo. / E.S.

Con el tiempo, lo deportivo se mezcló con lo cultural y lo profesional: “Cada vez me enamoraba más del país, de la gente, de su cine y su música. Yo en España ya trabajaba en el mundo audiovisual, pero aquí vi más oportunidades. Me dije, tengo que probar ser artista en Corea”.

Una vida en Seúl entre cámaras y amistades famosas

Su día a día transcurre en una ciudad que describe como “24/7”: “Grabo contenido para YouTube, TikTok e Instagram, voy a castings, tengo reuniones con mi mánager y entreno en una escuela de cine de acción dirigida por un actor de El juego del calamar”. Entre grabación y grabación, comparte momentos con amigos del mundo del entretenimiento: idols de k-pop, actores, creadores de contenido. “Al final mi casa es como un hostal, siempre está llena de gente”, bromea.

Su canal de YouTube, con entrevistas a personalidades de la cultura coreana, le ha dado visibilidad. Una de las que más la emocionó fue con Julssure, una amiga bailarina que ha trabajado con compañías como JYP y que pronto aparecerá en Apple TV. También recuerda con especial ilusión la entrevista a uno de los gemelos del grupo Boyfriend, “porque yo lo escuchaba cuando empecé a interesarme en el k-pop. Y ahora puedo decir que somos amigos”.

Alba en la grabación de una entrevista.
Alba en la grabación de una entrevista. / E.S.

Corea vista con ojos linenses

Téllez habla un coreano fluido que aprendió entre academias, libros y práctica diaria, aunque asegura que lo que más echa de menos no son las palabras sino su gente: “Mi familia. Mis padres y mi hermano lo son todo para mí. Mi hermano es mi otra mitad. Cada vez que tengo una buena noticia, la primera llamada es a mi madre”. También le pesan la ausencia del verano andaluz y la comida de casa: “Aquí el calor es pegajoso, con monzones. El verano de España, aunque con calor, es mucho mejor”.

Alba junto a sus padres.
Alba junto a sus padres. / E.S.

Aunque no dedica su canal a hablar de La Línea, sí comparte la cultura española: “Les he enseñado a preparar tinto de verano. Les encanta. Siempre que me preguntan a dónde ir en España, les recomiendo Andalucía, nuestras playas, unas papitas… España está muy bien vista en Corea”.

El sacrificio de la distancia

La parte menos amable es la distancia con su familia. “Ellos lo llevan fatal, me quieren allí. Hemos sido siempre muy unidos por el deporte, por los viajes… No es fácil estar lejos. Pero la vida hay que vivirla, y yo estoy luchando por mi sueño. Eso sí, si pudiera me los traía a todos a Corea”, confiesa entre risas.

Alba con el hanbok, traje típico coreano.
Alba con el hanbok, traje típico coreano. / E.S.

Cada año intenta volver a La Línea en verano o Navidad. A veces lo logra una vez, otras dos, pero nunca por pocos días: “Es un viaje largo y caro. Prefiero quedarme más tiempo y llevarme a mi perro Rocky conmigo. Él también sufre cuando lo dejo solo”.

Entre castings, edición y pocas horas de sueño

Compaginarlo todo no es sencillo: “Duermo poco. Aquí hay mucha competencia entre extranjeros y no pagan bien. Hay que aceptar casi todo para renovar la visa. Yo intento mantener mi reputación y no coger cualquier cosa, pero aun así es duro. Si tengo que editar, me paso la noche entera. Eso sí, me obligo a dejar un día libre para estar con mis amigos, para no quemarme”.

Alba con sus amigos.
Alba con sus amigos. / E.S.

Con disciplina y constancia, la linense se ha hecho un hueco en una de las industrias más competitivas del mundo. Y aunque sus padres sueñan con tenerla más cerca, la apoyan en cada paso: “Siempre les pregunto antes de firmar un contrato. Confío en su criterio más que en nadie”.

De momento, Alba Téllez seguirá siendo “la linense en Seúl”, esa que enseña a idols coreanos a preparar un buen tinto de verano y que, a pesar de estar en la otra punta del planeta, lleva consigo un pedacito de La Línea.

stats