La Línea

El homicidio del edificio Rocamar fue por un ajuste de cuentas

  • La vivienda desde donde se precipitó el cuerpo era empleada como punto de control por organizaciones de narcotraficantes

  • La Policía Nacional cree que la víctima pudo haber fallado en una de sus vigilancias

Los efectos que fueron intervenidos en el piso desde el que cayó la víctima

Los efectos que fueron intervenidos en el piso desde el que cayó la víctima / Rafael Cerpa

El homicidio que tuvo lugar el pasado 9 de agosto pasada la medianoche, cuando dos personas lanzaron presuntamente a otra desde la decimotercera plaza del edificio Rocamar fue, según afirma la Policía Nacional, por un ajuste de cuentas en un asunto de tráfico de drogas. Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de La Línea detuvieron entre el jueves y el viernes de la semana pasada a dos personas, de 37 y 31 años, como presuntos autores de un delito de homicidio doloso tras una ardua investigación.

El jefe de la Brigada local de Policía Judicial de La Línea ha explicado esta mañana que aunque en un primer momento parecía que se trataba de un suicidio, las investigaciones dieron como resultado que podría tratarse de un ajuste de cuentas por tráfico de drogas. Según indica el responsable policial, la vivienda de la que fue lanzada la víctima, un hombre de unos 50 años, era usada para vigilar todo el litoral de Levante y de Poniente de La Línea para que distintas organizaciones dedicadas al tráfico de droga pudieran alijar el hachís sin la presencia de cuerpos y fuerzas de seguridad. En esta casa se hallaron cuatro trípodes para cámaras, un prismático, dos maletines con prismáticos de largo alcance, ocho teléfonos móviles, una báscula de precisión y otros efectos relacionados con la investigación.

La investigación de la Policía, que continúa abierta y en la que no se descartan más detenciones, recoge que el ajuste de cuentas pudo ser debido a que una de las organizaciones que depositaban su confianza en el hombre que fue lanzado desde la decimotercera planta podría haber fallado en una de sus vigilancias, por lo que también habría fracasado un desembarco de droga.

El responsable de la investigación destaca que los agentes han tenido dificultades para llegar a esta conclusión porque en principio el suceso había pasado como un suicidio. Sin embargo, las heridas y contusiones que presentaba la víctima en los brazos -al intentar agarrarse para evitar la caída- dejaron claro a los investigadores que no fue una caída voluntaria. Además, el lugar por el que cayó era un ventanal pequeño, mientras que si se hubiera tratado de un suicidio podría haber optado por ventanales amplios. Las pesquisas dieron como resultado que hubo violencia porque la puerta de entrada a la vivienda estaba forzada. “Las heridas que presentaba la víctima dejaban claro que no era una caída voluntaria. Creemos que la víctima se escondió y cuando estaba arrinconado se colocó cerca de esta ventana para zafarse, pero entonces alguien lo tiró con un puñetazo.

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