Un hito en La Línea: el Registro Civil reconoce por primera vez la existencia legal de un bebé robado
Este hecho marca un precedente histórico en la lucha de las familias víctimas de desaparición forzada de menores
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El Registro Civil español ha reconocido por primera vez la existencia legal de un bebé robado. La bebé, nacida en la Navidad de 1981 en el antiguo Hospital de La Línea, es la hija de María Bueno, la presidenta de la Asociación por la Lucha de Madres de Bebés Robados de Andalucía (Alumbra), que lleva 43 años buscando a su hija y más de 15 años buscando documentación pública oficial sobre su caso.
El caso de María Bueno es uno de los 300.000 que hay registrados por las asociaciones de “bebes robados” en España, que oficialmente se denominan "víctimas de desaparición forzada de menores". En el momento de la sustracción de la hija de Bueno, esta fue declarada como “muerta al nacer”. En esa época el Código Civil consideraba a estos bebés como "criaturas abortivas", negándoles la posibilidad de ser registrados como personas con identidad propia. "No se les otorgaba nombre ni derechos civiles, quedando completamente fuera del sistema legal", explica la Alumbra.
Sin embargo, gracias al esfuerzo de María Bueno -apoyada por sus seres queridos y con mucha asistencia psicológica pagada de su bolsillo- a lo largo de los años y una modificación de la Orden de 26 de mayo de 1988 sobre ciertos modelos del Registro Civil realizada en 2023, ha dado pie a que el Estado reconozca oficialmente el derecho de su hija a existir. Esta modificación permite que los padres puedan inscribir con nombre a los bebés nacidos sin vida a partir de los seis meses de gestación, incluso si nacieron antes de la entrada en vigor de la ley.
"Anteriormente, hace muy poco tiempo, escasamente cuatro o cinco años, el Código Civil establecía que los niños que no vivían más de 24 horas, supuestamente, fuera del vientre materno o morían a los nueve meses dentro del vientre materno, eran considerados "una cosa muerta". O sea, no eran considerados una persona con identidad civil", ha explicado Bueno.
"Como es una ley con carácter retroactivo, yo solicité que se le diera a mi hija identidad civil porque mi embarazo fue a término, fue con nueve meses de embarazo", ha puntualizado. “Mi hija ya no es un despojo humano sin nombre. Tiene identidad. Aunque no sé dónde está, sé que hoy el mundo la reconoce como lo que siempre fue: una persona”, ha declarado María Bueno.
"En mi caso, si mi hija murió tienen que estar sus restos. La fatalidad existe y puede ocurrir que se te muera un hijo en el parto, pero nunca vi el cuerpo de mi hija y nunca me dieron el certificado para poder enterrar a ese bebé en el cementerio", ha argumentado. Toda defunción durante un parto genera -según calcula la presidenta de la asociación- entre 8 y 13 huellas administrativas. "Eso quiere decir que hay entre 8 o 13 registros en el libro de registro que no se pueden perder porque quien tutela ese derecho es el propio Estado, además de quedar registrado en el cementerio". En su caso, a ojos del Estado, nunca existió su bebé por la ausencia de documentación, tampoco hay nada que pruebe su entierro en el cementerio de la localidad.
Ahora, su bebé ya dispone de reconocimiento legal y los apellidos de los padres biológicos. "Lo que pasará a partir de ahora no lo sé, porque yo no sé dónde está mi hija. Yo puedo pensar que está muerta o viva. Si está muerta, que me den sus restos, que me digan dónde está. Y si está viva, que la busquen, que para eso es una persona", ha concluido.
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