Historia de La Línea

La Sociedad de Salvamento de Náufragos

  • 1870-2020. Miguel del Manzano recorre en una serie de entregas los principales hitos del proceso por el que se creó La Línea

El bote salvavidas ‘Juana de Dios’, en 1880

El bote salvavidas ‘Juana de Dios’, en 1880

El 15 de noviembre de 1893 se constituye la Sociedad de Salvamento de Náufragos con la asistencia del Delegado de la Junta Central del Salvamento de Náufragos, Juan de Elisa y Vergara. El periódico de entonces, Diario de La Línea, escribía textualmente en su edición del día siguiente: “Ha quedado constituida en esta población la Sociedad de Salvamento de Náufragos. Muy en breve se edificará en La Atunara el edificio en donde han de conservarse el bote salvavidas y el lanzacabos, pedidos a Londres y cuya llegada a Gibraltar no se hará esperar”.

Un año y tres meses después, el 18 de febrero de 1895, decía el mismo periódico: “La Junta de Salvamento de Náufragos de esta localidad estuvo ayer en La Atunara para hacerse cargo del local construido en la playa por la Junta Central de Madrid con destino a la estación de salvamento, y del bote salvavidas recientemente llegado de Melilla. También gestionó dicha Junta el nombramiento de la brigada que ha de tripular dicho bote y todo cuanto es necesario para dejar montado en nuestra playa el humanitario servicio de referencia en las perfectas condiciones…”.

La estación de salvamento estaba situada en la barriada de la Atunara, con edificio propio, botes salvavidas y aparatos lanzacabos, costeado todo por la Junta Central de Madrid y con fondos legados por la señora Juana de Dios Lacoste, cuyo nombre fue el del bote salvavidas el cual era tripulado por una brigada de marineros al mando del patrón Antonio Seliva Martínez.

La señora Juana de Dios recibió además un homenaje póstumo por su ayuda con la colocación de una lápida en 1897. Esta lápida estuvo en el interior de la estación y, posteriormente, cuando ésta empezó a quedar en ruinas, fue rescatada por la familia Seliva.

Desde su creación, la Sociedad de Salvamento de Náufragos prestó grandes servicios a los hombres de la mar y salvó muchas vidas de pescadores y marineros.

El edificio de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, ya en ruinas El edificio de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, ya en ruinas

El edificio de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, ya en ruinas

El 6 de marzo de 1894, en la ensenada de la Urca, en Torrenueva, naufragó la barquilla Enriqueta, con matrícula de Estepona, tripulada por nueve hombres. A pesar de la intervención de la brigada de salvamento, perecieron ahogados seis de los tripulantes.

El 28 de marzo de 1894, el vapor inglés Genovese encalló entre Torrenueva y Carboneras, en Punta Mala. Hubo que lamentar un ahogado, el cocinero, que inexplicablemente cayó al mar, donde fue recogido ya cadáver. El vapor procedía de Palermo.

El 21 de febrero de 1895 se salvó con gran riesgo a los tripulantes del bergantín italiano Nuevo María, que amaneció encallado al norte de La Atunara.

El 25 de febrero de 1895, en la playa de Levante, en las inmediaciones de Torrenueva, encalló el vapor inglés Marion. Los servicios del bote salvavidas Juana de Dios de la brigada de salvamento de la Atunara fueron requeridos. Los tripulantes fueron felizmente rescatados.

El 5 de enero de 1898 se llevó a cabo el salvamento de todos los tripulantes del brick-barca italiano Fortunata, completamente perdido en la playa de Santa Bárbara de Levante.

Por todos estos servicios, llenos de heroicidad, la Junta Central de Madrid concedió al personal de la brigada varios premios en metálico y medallas de plata y bronce.

En 1899, la Junta Directiva de la Sociedad de Salvamento de Náufragos de La Línea estaba formada por las siguientes personas: Presidente, Manuel Bonelo Infante; vicepresidente primero, Trinidad Fernández Roda; vicepresidente segundo, Félix García del Rivero; tesorero, Manuel Vegazo Olmedo; secretario, Cristóbal Amaya Ramírez; vocales: Padre Laureano Pandelo, Bartolomé Lima Ortiz, Ricardo Ruiz Cuadro, Juan de los Santos Madrid, Francisco Vegazo Olmedo, Manuel Lorenzo Méndez y Ramón María Bonelo Infante.

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